Vistas a la página totales

martes, 1 de mayo de 2018

Buen día a ellos y a Ellas, en este día de asueto han de disculpar el manifestar una preocupación personal que nos afecta a todos y a todas:


Hoy mi mente, después de andar por lugares muy complicados, discurrió por senderos algo tortuosos, y a pesar de lo que puedan pensar cada quien me permito compartirlo con Ustedes.
De las muchas lecturas clásicas, recordé al ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha que sin temor a las represalias y consecuencias acometía sus retos, que luchaba contra todo los “gigantes” que se encontraba en su camino para defender sus ideales y por supuesto el amor por su “Dulcinea”, que puede interpretarse de la forma más personal que cada quien desee.
Me gusta pensar que no importan las alucinaciones del Quijote sino su deseo por combatir el mal, eso que él consideraba como tal de acuerdo a sus propias creencias, algo que le pareció convenible y necesario, tanto para el aumento de su honra como para el servicio a su patria: el hacerse caballero andante. Un luchador de causas tal vez perdidas, pero al fin causas. Puede decirse que eso nos hace falta a todos: entender totalmente que lo que hacemos afecta a la comunidad, que puede ayudar o perjudicar a los demás; hacen falta "quijotes" en nuestra actualidad.
Toda esta diatriba viene a causa de las innumerables noticias de los abusos que leemos o escuchamos en los medios de comunicación; y todavía peor, que nos enteramos por nuestras propias vivencias.
Esta diarrea cerebral inicia con algo que se observa en estos tiempos de elecciones, pues cada vez más ciudadanos quieren ser representantes del pueblo, es decir, que desean “sacrificarse” por los demás; así como también hay muchos que pretenden eternizarse en succionar la ubre del sector público por las facilidades de acceder a ingresos superlativos. Aunque es justo aclarar que si hay dentro del servicio público verdaderos “hidalgos” que buscan mejorar la triste realidad que vivimos, sobre todo preocupados por el enorme abismo que se está abriendo entre los que tienen demasiado, muchos mal habido; y los que se esfuerzan honestamente por alcanzar un bienestar. Esto sin mencionar al segmento que crece constante y desproporcionadamente, que es la pobreza extrema; los que no tienen trabajo y están grandemente endeudados, esos que buscan en la basura algo que comer, los que se drogan para no sentir el hambre, aquellos que no les queda otra que buscar el sustento familiar haciendo daño a otros; en fin, los efectos nocivos de una sociedad exacerbada en lo material y ajena a las necesidades de los que menos tienen, que en muchos de los casos no es su culpa, sino del propio sistema.
Debo decir honestamente que ya no quedan muchas explicaciones o justificaciones para aquellos jóvenes que cuestionan el enriquecimiento ilícito, pues observan que es sumamente fácil el evadir a la justicia. Aunque se les explica que es más importante su tranquilidad o el reconocimiento social y familiar, cada vez son menos aquellos que entienden que los recursos mal habidos o el mal proceder siempre tendrán consecuencias, como dijera el abuelo… tarde que temprano. Estamos conscientes de que no solo en México, sino en otras naciones, la impunidad es un mal que crece y campea libremente; o sea que estamos regresando a la ley de la selva, donde el más fuerte o pudiente es el que gana, triste pero real.
Debo reconocer y mencionar que hay jóvenes que están molestos y enojados por lo que hemos construido o destruido los viejos; ellos desean un mundo mejor, exigen un comportamiento honesto. Para su servidor, “lo mejor de lo mejor”…es que todavía hay quienes creen que las cosas pueden ser mejores y desean hacer la diferencia. Es la motivación  para los que nos dedicamos a la enseñanza y a la capacitación.
Debemos hacer una campaña personal y constante para demostrar que los valores morales y familiares todavía tienen presencia entre nosotros, esta debe ser una responsabilidad compartida de los padres con los abuelos, parientes y sociedad en general porque conocemos las consecuencias de la falta de educación y formación de nuestros niños y jóvenes, entendiendo que nuestro futuro depende de ello, sobretodo hacerlo antes de que esto que se llama sociedad sea algo totalmente incontrolable, de lo cual ya tenemos algunos ejemplos; por lo que si no aportamos nuestro “granito de arena”, seguirá empeorando, solo analicemos lo que ocurre tanto en la mayor parte del Territorio Mexicano y en varias comunidades de nuestro vecino del Norte; así como en otras naciones, tanto del primer mundo como en vías de desarrollo.
Ya después seguiremos comentando sobre aquellos que en la vida cotidiana demuestran que no les importan los demás: los que tiran basura donde sea, aquellos que se estacionan en cualquier lugar, esos que no les interesan sus vecinos, los irresponsables que manejan sus vehículos sin importarles los demás; oopss, la lista es demasiado larga; ciertamente la convivencia es difícil, pero se complica cuando a unos no les interesa lo que les afecta a los demás; es decir, que no entienden que sus derechos terminan cuando afectan a los demás, así de sencillo. Feliz Día del Trabajo y SALUD…OS!!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario