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lunes, 21 de noviembre de 2016

Ultima parte
El Trabajador


Redoblando esfuerzos y con ánimo beligerante, en lontananza distinguieron a un tipo que venía renegando y profiriendo maldiciones el hombre aquel, sus pertenencias bajo el brazo llevaba, pensando que diría al legar a su casa, donde tres bocas esperan el sustento diario y una más que por llegar estaba; llevaba un cheque que le indicaba cuanto lo “apreciaba” la empresa por sus esfuerzos y dedicación tras varios años de colaborar en el negocio que cuando fue requerido en forma extrema supo cumplir, que cuidó los activos de la compañía y que demostró su profesionalismo en todo sentido justificando el pago que recibía; si, donde quedaba aquello, como si una cantidad de dinero fuera realmente compensatorio en estos tiempos de escases en que de un día para otro los precios suben sin estar plenamente justificados su aumento. Ahora bien, a decir verdad que otra defensa tienen los empresarios ante la baja de la producción por poca comercialización ya que los mexicanos en un buen número prefieren comprar artículos de exportación por la calidad o precio que se dice tienen esos otros (no importa la paridad, como observamos en estos tiempo), que a lo mejor en algunos casos si se pudiera justificar, pero la invasión de productos chatarra y “pirata” está a la orden día, que han avasallado nuestros mercados ya sea por importaciones o introducción ilegal, que de acuerdo a las bondades que nuestros gobernantes demuestran, han cedido como condiciones de facilidad en las firmas de los tratados de libre comercio que han y están lastimando nuestra economía en una llamada globalización de la producción, donde los más fuertes y mejor preparados tienen las de ganar buscando siempre mercados de producción donde puedan pagar salarios de miseria, aún más bajos que el bien llamado salario mínimo de México que como bien se sabe no alcanza para cubrir las necesidades básicas de un ser humano, aunque diga la Ley del Trabajo en su artículo 90, capítulo VI, que es para proteger la capacidad adquisitiva del salario en la adquisición de satisfactores. Según lo mencionado por los estándares de los organismos internacionales estas condiciones no se dan en un número muy importante de mexicanos, pues los sueldos que perciben ciertos obreros y algunos trabajadores no alcanzan para producir dichos estándares de bienestar. Se ha llegado a copiar y mal reproducir productos típicos no solo de nuestro País, sino de otros muchos. En el caso de México la cerveza, el tequila y hasta la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, entre otros muchos que han perdido fuerza de venta como productos mexicanos y porque no decirlo también de algunos otros países, marcas y patentes que consideraban como representativos locales están siendo “pirateados” sin pagar el derecho de autoría o representación, dentro de los cuales podemos mencionar a Walmart, que en China se llama Wumart; Rolls Royce conocido allá como Geely GE; o su propia versión de Harry Potter con personajes propios; Starbucks que ellos conocen como bucksstar coffee; Pizza Hut que ellos llaman Pizza Huh, y al extremo de abrir una tienda Apple con sus propios productos, o en el descaro, en lugar del dispositivo iPhone, copian y producen llamándolo HiPhone; en fin, ello sucede a pesar de que los países que tienen registrada dicha patente o marca se dan cuenta del fraude por robo de tecnología y autoría, pero sucede en un lugar donde no es posible decir o hacer algo al respecto, ni las grandes industrias pues es un mercado sin acceso al mundo occidental, es decir, pueden hacer lo que quieran copiando y robando tecnología y derechos de autoría; que claro si lo quisiera hacer México u otro país en vías de desarrollo o subdesarrollado o del tercer mundo no lo lograría por la intervención del poderío norteamericano o de cualquier otro de los llamados países industrializados; aunque bien se sabe, que a modo muy local se puede hacer sin que les afecte a esos consorcios internacionales y a nadie le interesa pues no tiene efectos macroeconómicos (piratería o mercado negro mexicano). Pues bien, regresando al caso de nuestro candidato a la tristeza y al dolor, como decirle a su familia que en el trabajo ya no era necesario, que todo tipo de excusas había recibido para sus servicios ya no ser requeridos; que si la edad, la inflación, la baja en las ventas o el aumento en los costos, que se yo, tantos posibles justificantes que pueden argüir los empresarios para enfrentar estas decisiones que solo ellos pueden aclararlo. Aunque en realidad, que justificantes pueden ser estos para muchas familias, por no decir miles, que no tengan para comer y quedarse sin techo pues esto se convierte en una cadena que ahorca al más débil, al que tiene menos defensas, el que no puede pagar un despacho de abogados o profesionales que lo asesoren y defiendan ante al abuso y aprovechamiento de grandes entidades; en estos momentos él no lo entendía, no alcanzaba a comprender como puede ser más importante el dinero que las personas. Sintiendo los brazos de la angustia cerrarse sobre sí, las caritas de sus angelitos felices de verlo, se imaginó; recordando la atención esmerada diaria de su compañera, se sonrojó, y por si fuera poco, la magnitud del milagro próximo a ocurrir lo invadió. Sí, su hijo estaba por nacer que mayor bendición que esa, ninguno de mis hijos ni mi esposa se merecen que los haga sufrir por una tonta decisión. Sacudiéndose a los tristes personajes que lo apabullaban, su camino enderezó; regresando al flujo del arroyo peatonal para no perder su dignidad y amor por todo lo ya recibido, y mucho menos el sentir derrota alguna, sino simplemente un alto en el camino para aprender del pasado y continuar la lucha diaria que es lo que significa la vida, sin dar ni pedir cuartel, pensando: ¡Puede que si los haya, pero yo no soy de esos!, ¡No Señor, yo no estoy derrotado, cuantas veces me caiga, las mismas que me levanto, expresó!
Otro bonito pensamiento, caray que “padre” que se piense así, esto realmente nos debe proveer esperanza, porque en verdad todos deberíamos ser personas propositivas y luchar denodadamente por alcanzar nuestros sueños, entender que las adversidades son solo momentos de uno o varios altos en nuestro diario devenir y que debemos vencer los obstáculos que se nos presenten en aras de alcanzar el bien mayor, como bien dicen las frases de superación personal: “que los árboles no nos impidan ver el bosque…” dicho popular que nos indica que tenemos que ser profundos y no dejarnos llevar por lo inmediato; “cada fracaso supone un capítulo más en la Historia de nuestra vida y una lección que nos ayuda a crecer. No te dejes desanimar por los fracasos, aprende ellos y sigue adelante”. Nick Vujicic, de Una vida sin límites; y por último esta frase que tiene que ver con todos nuestros males, y que en ocasiones nosotros mismos dimensionamos en forma desmedida, provocándonos verdaderos escenarios de pavor, mismos que nos orillan a pensar en cometer tonterías: “El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son”. Tito Livio
Ahora apreciados lectores, por favor imagínense las expresiones de nuestros especiales personajes que se sentían triunfadores, si, de película dignas de aparecer en lo mejor del espectáculo; por ello, lo mejor será darles espacio y no acercarme mucho, no vayan Ustedes a creer que es miedo, pero más vale que me aleje un poquito hasta que se pongan a trabajar nuevamente, esperemos a ver si les quedan ánimos…
El Empresario


Presos de sus mismas emociones, la doña Tristezina y don Dolorino mascullaban para sus adentros los fracasos, pues las posibles víctimas ya no eran tales y se les estaban escapando las oportunidades. Haciendo acopio de fuerza a lo lejos, su posible salvación observaron; entre los matorrales alguien con urgencia su presencia reclamaba cual fue su sorpresa, que un tipo bien vestido y bien acicalado presto estaba a quitarse la vida, que situación podría provocar semejante decisión cuando nos disponemos a cortar algo que por donde se le vea tiene aspectos positivos, pues al fin de cada jornada siempre habrá esperanza, que es el motor que mueve al mundo porque de lo contario tendríamos que reconocerle a este individuo y a muchas otras personas que tienen razón, que la salida fácil es mejor pues aunque digan que es difícil tomar la decisión de suicidarse lo es más todavía el aguantar y hacer frente a aquellos que nos orilla a tales extremos, si, esa es valentía no lo otro; si, el decidir suicidarse es realmente una salida fácil y pudiéramos decir cobarde. Para tratar de justificar su decisión está el que dice: “no pude resolver mis deudas no me queda otra que morir para no enfrentar mis responsabilidades”, y yo le preguntaría que pasará con los seres queridos y los que dependen de ese alguien, que no sería mejor seguir intentando e incluir a los tuyos en las posibles soluciones que siempre habrá; pues las personas, instituciones o negocios a los que se les adeude están en la mejor disposición para recuperar al menos parte del capital en cuestión, el dinero va y viene, pero la vida es una y cuando se le da termino ya no es posible echarse para atrás, él hubiera no existe dicen los que saben, ¿será verdad?. Otros aducen: “el amor de mi vida ya no me ama o me engañó”, y que si fue así, siempre habrá alguien más en nuestro camino y si no, pues disfrutemos la soledad o aprendamos a hacer amistades con mayor facilidad y dejemos a esas personas que nos abandonaron o que nos engañaron, con un palmo de narices demostrando que podemos seguir adelante sin ellos porque la vida lo vale, recordando el dicho: “déjalo libre, si es tuyo…”. También se podría escuchar el lamento de aquellos que han probado el camino difícil de las drogas, que al inicio podría ser placentero y hasta halagüeño por las sensaciones que pueda provocar, dirían algunos de felicidad, de éxtasis o de libertad; sin embargo, siempre sensaciones que solo duran un momento y las consecuencias o secuela que normalmente deja el hacerlo duran mucho más tiempo que lo “gozado”, y sobre todo pensar un poco en qué pasará cuando ya estemos bien “enganchados” y tengamos que conseguir dinero de algún modo para satisfacer esa necesidad o dependencia que las adicciones provocan, además de las consecuencias de salud y bienestar mental que ello origina. Que puede obligarnos a pensar: “ya no soporto vivir esta vida cruel…”, donde el más cruel sería uno mismo por nuestras malas decisiones y que en algunas veces es falta de voluntad y valentía para decir NO, no quiero lastimar mi cuerpo ni mi mente, gracias, tengo muchas otras formas de incitar mi mente y mi cuerpo sin depender de fármacos o alucinógenos.
Pronto se enteraron que de un empresario se trataba, tan duros y fríos como suelen ser también son susceptibles de atrapar dijeron; nuestros queridos aliados, como lo son las deudas, el fisco, los malos amores y las dificultades laborales entre otros; el trabajo ya nos han simplificado ahora nosotros la obra hemos de culminar. Fácil de empujar, su nivel de vida muy por debajo de lo normal ha de estar, la constante persecución de bancos y fisco lo ha hecho flaquear, o en su caso, el lógico abandono de amores interesados por la caída misma de ese su imperio la estocada le vinieron a dar, justificantes plenos de la desdicha orillaban a este sujeto a perder el activo más valioso con que cuenta el hombre: Su vida. Un pago último y definitivo, sin más retorno, sin más oportunidades que buscar para las deudas a su modo poder saldar. El advenimiento de la oscuridad total, el hecho de ya no poder intentar otras empresas, de ya no poder acariciar otros triunfos. La certidumbre de ya no poder aprovechar la experiencia adquirida, el no lograr la siempre anhelada segunda o tercera oportunidad, el número de veces que fuere posible, el no estar más con su familia. Todo esto y más pasó por la mente de este hombre provocándole un estremecimiento que lo sacudió; arrojando lejos el arma que su mano sostenía lo siguiente consideró: de la cárcel podría salir, para volver a adquirir bienes capacidad tenía, reconquistar sentimientos buenos perdidos también, volver a empezar como su abuelo lo hizo, un reto sería; pero, volver a vivir, eso nunca lo lograría. Si, vete lejos tentación que sin haber muerto, aquí  hay un hombre que ha vuelto a nacer.
Mientras la densidad de la noche fue pasando, dando lugar a un nuevo día se fueron diluyendo con ella los maltrechos restos de nuestros aguerridos personajes, que por hoy sin equipaje se fueron; aunque estoy seguro que por ahí han de seguir acechando, esperando a otras posibles víctimas. En su partida y ante tantas dificultades encontradas exclamaron al unísono: “no resultó tan fácil a esta gente conquistar, pues al final casi siempre gana ese pequeño gran sentimiento que es el Amor”.
En momentos de introspección y siendo severo conmigo mismo me pregunto por qué, si para otros con más dificultades y limitaciones la vida es hermosa y luchan por vivirla plenamente, sobresaliendo en ella para vivirla dignamente contra todo pronóstico; para los que todo lo tienen, les es más difícil su camino encontrar ¿será que el sufrimiento es la fragua de la vida, que nos templa para ser mejores cuando estamos hechos con buenas bases? ¿Será que tenemos que tocar fondo para entender y apreciar lo que tenemos y cambiar nuestro modo de ver y hacer? Como dice la canción del prolífico compositor Juan Gabriel, qpd,: “Pero qué necesidad para que tanto problema…”. Historias de vida nos cuentan diariamente los esfuerzos titánicos que algunos de nuestros semejantes hacen para salir adelante superando todo tipo de adversidades físicas, dándonos con ello muestras de voluntad férrea y de ganas de triunfar; podemos mencionar también a aquellos que han sido privados de su libertad, justificada o injustificadamente que no dejan de luchar por recuperarla e incluso hacen planes de superación personal para enfrentarse a su destino; asimismo, hay muchísimas personas con enfermedades terminales que incluso ayudan a otras personas o que se preparan dignamente para cuando su anunciado fin llegue. Sí, tenemos demasiados ejemplos pero a veces decidimos hacer lo que en su momento dijo el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari: “Ni los veo ni los oigo” dirigido a ciertos parlamentarios del Congreso de la Unión que protestaban sus propuestas y acciones de gobierno. En fin, si en verdad somos conscientes de que solo tenemos una oportunidad de vida y que ofrece las mismas oportunidades para todos aunque a veces no nos lo parezca porque al parecer si inclina más de un lado que del otro, recordemos que el Sol sale para todos, que solo es saber distinguir las oportunidades y saber aprovecharlas decidiendo lo que más convenga sin dañar a otros, haciendo hincapié en que es preferible estar en posibilidades de poner la frente en cualquier lugar y en cualquier situación, la honorabilidad ante todo.
Como todo lo que empieza tiene un fin, este breve cuento ha concluido, despedimos a doña Tristezina, que se va más triste que cuando llegó, pero que no pierde la esperanza de encontrarnos en cualquiera de los caminos que recorremos en nuestras ajetreadas existencias a sabiendas de que en cualquier momento puede visitarnos para inculcarnos esa tan especial forma, más que de vivir, de sufrir; y don Dolorino que se va adolorido y mancillado en su orgullo, pues aparte del enojo que este fracaso momentáneo le hizo sufrir, le duele todavía más el entender que los seres humanos son capaces de recuperarse de sus dolores, lo que lo obligará a preguntarse en que ha fallado, o que no hizo bien, lo que llevará buen tiempo.
Y pues sí, yo Severino de la Concordia me comprometo ante Ustedes a seguirlos de cerca para prevenirles de aquellas acciones que estas “criaturas” intenten innovar para incluirlos en su lista de “clientes” cautivos, además de que por allí me encontrarán pisándole los talones a otros personajes que ya mencionamos y que como bien entendieron son bastante dañinos, lo son tanto que en ocasiones no nos damos cuenta de que ya fuimos sus presas y que están gozando con nuestro comportamiento y actitudes, lastimando con ello a nuestros seres queridos como consecuencia de dichas actitudes.
En estos momentos, monto mi fiel y obediente corcel de madera y parto en pos de la aventura, con el ánimo de emular al Caballero de la Triste Figura y luchar contra los “monstruos” que acechan las existencias de Ustedes; ah, y para que sea completo el personaje, ando en busca de un fiel escudero, jeje.
Figuras:
Fuente: http://mamiverse.com/es/limpieza-ama-de-casa-44689/

Moraleja

No busques en otros no lo que puedas dar, ni desees para ellos lo que no quieras para ti; entre más pronto recuperes tu buen ánimo y disponibilidad, más rápido tendrás los beneficios de disfrutar lo bueno de la vida, que siempre está al alcance nuestro: Salud, bienestar, buenos sentimientos y lo mejor de todo, las ilusiones ya sean individuales o compartidas que nos proporcionan el combustible para enfrentar cualquier percance y alcanzar un sinnúmero de metas, que al fin y al cabo son el aliciente que todos buscamos y que día a día modificamos, todo de acuerdo con lo hermoso que es la vida por donde se la quiera ver; y que mejor ejemplo que el de nuestros hermanos con capacidades diferentes, que tienen el ánimo de salir adelante, y lo mejor, que lo logran y nos dan lecciones de vida a los que según esto, tenemos todas nuestra capacidades en activo; si, que lección recibimos y muchas veces no la aprovechamos, en nosotros está la solución, ¿qué no?
Atte. SSS
Don Severino de la Concordia

Caballero Ambulante al servicio de los demás
Imagen
Fuente: https://www.taringa.net/post/info/11988064/Historias-con-moraleja-y-psicologia-para-reflexionar.html

jueves, 17 de noviembre de 2016

El Turistero y… sus cuentos.
El cuento deUrcelay

Doña Tristezina y don Dolorino

Dos sombríos personajes al acecho

Parte 2
El Ama de Casa


Ya después de sus discusiones y desazones y haber expresado sus emociones y frustración por haber dejado escapar a su primer “cliente”; camuflajeados entre los arbustos nuestros aguerridos personajes y como dijo don Dolorino, motivados por el desaire sufrido con el estudiante, a lo lejos distinguieron una ama de casa que empujaba un carrito de bebé, que se le notaba su condición por su forma rápida al caminar, hablando sola de los pendientes que tenía que cubrir en un corto tiempo: que el mandado diario para la comida y llegar a tiempo para prepararla, porque no alcanzaba el dinero como para comprar la despensa de toda la semana, además de que siempre hay necesidad de artículos de última hora, como algunos perecederos que deben ser frescos para que no afecten la salud de la familia, sobre todo la de los menores; para en seguida tener que pasar por la ropa a la planchaduría, que tal vez hubiera estado mejor hacerlo ella pues cobran mucho y no hacen un buen trabajo sin mencionar que algunas veces no cumplen con la fecha de entrega y hasta los botones pierden; pero que trabajoso el hacerlo sobre todo en tiempos de calor, que ahora estos periodos ya son más frecuentes y más largos, se preguntó ¿será esto por el famoso cambio climático?; será “chana” se contestó, pero aparte de la incomodidad que produce, sube mucho el costo de la “luz” sin razón justificada pues la paraestatal nos dice que somos autosuficientes en este energético, entonces no entiendo por qué suben las tarifas y además en ciertas zonas de la República Mexicana que es altamente necesario el contar con aparatos enfriadores de aire, todavía son más elevadas estos precios, tal cual como sucede con los gasolinazos mensuales –nos dicen e insisten que somos dueños y productores y que tenemos cuantiosas reservas que nos hacen una potencia en este tipo de energéticos, que ha decir verdad, ya deberían haber sido sustituidos al menos en parte por las nuevas tecnologías de que tanto hablan en otros países-, y continuó: estos incrementos desmedidos hacen que todos los productos del mercado suban porque todo lo que se traslada en vehículos que les llaman de combustión interna, todavía esperando que las promesas de la Reforma Energética se cumplan y tanto los precios de los combustibles fósiles como el fluido eléctrico realmente se contrajeran y se hicieran menos onerosos para los usuarios. ¡Uy, qué bonito pensamiento! ya regresamos a lo utópico dijeran algunos, pero en fin es mejor ser positivos que vivir amargados; exclama ella ¡bah! y luego dice mi marido que una no sabe de estas cosas de producción y de política, en fin lo único que sé es que con lo que dan de gasto no alcanza, eso sí es saber de economía mi señor. A modo de presión para con ella misma, se recordó que todos estos son los pendientes exclusivamente matutinos; además, tenía que hacer los pagos que le encargó el esposo porque no confía en los medios electrónicos, pensó, “ni que fuera el único que utilizara ese medio, en la TV dicen que es seguro, pero él y sus ideas, en fin…”; y por si fuera poco, llegar a tiempo para recoger al hijo de primaria, esperando que no lo hubieran reportado y tener que platicar con la profesora, como la semana pasada cuando él y sus amiguitos rompieron un cristal de las oficinas y que se los cobraron como si fuera de oro.
Con sonrisas socarronas, se dijeron una al otro, doña Tristezina y don Dolorino, esta señora es nuestra, se le nota lo cansada, que bien pudiera ser por la vida rutinaria que lleva, el diario trajinar en su hogar, ajena a motivaciones e incentivos –como de esos que propusieron algunos diputados, para que se les asignara un sueldo doméstico o que se les pagara un aguinaldo, iniciativa positiva que como siempre, no funcionó-. También ausente a palabras de aliento y demostraciones de amor que ya no son las mismas de cuando se casaron o todavía peor, de cuando eran novios y todo parecía color de rosa para ellos con sus sueños e ilusiones, pero sobre todo con los detalles de uno para la otra y viceversa, ¡Snif!, ¿dónde quedó aquello?; por todo esto y por otras muchas consideraciones como lo es lo económico que no alcanza, que hay que hacer estiramientos y milagros con el poco dinero con que se cuenta para al menos tener una vida sino placentera, con comodidades en ciertos aspectos como lo son los servicios básicos, la alimentación, un techo y el vestido que nos da al fin y al cabo una cierta presencia en el entorno en que nos movemos. La mayoría, si no todos, estamos Inmersos en un ritmo de vida en el que todo debe ser rápido, perdiendo lo hermoso que puede ser el disfrutar los momentos bonitos o especiales que toda familia sin distinción tiene y que en su momento fue el motivo para formarla, para convivir, jugar y porque no, discutir los temas del momento y situaciones familiares que son la sal de la vida, lo que nos permite considerarnos humanos y aprender a apreciarnos unos a otros. Asimismo, piensa ella misma, es necesario mencionar los desaires de los hijos y del propio marido cuando después de haber puesto todo el empeño y sus deseos de agradar en la preparación de los alimentos, que al final ingirieron de manera sistemática, ni un pequeño reconocimiento de un gusto satisfecho tuvieron a bien dirigirle, mucho menos considerar el esfuerzo y dedicación por atenderlos; obviamente consideraciones y pensamientos válidos, pues son momentos en los que ella se guardó su descontento para no generar una discusión en la que siempre pierden todos, ya que además de todo lo anterior, debe ser la conciliadora, la enfermera, la psicóloga y porque no decirlo, también la asesora escolar y laboral, la que tiene que perdonar a todos sin sentirse perdonada. Si, en ese instante dejóse tentar por nuestros singulares personajes y en un espacio de su abrumada mente la tristeza hizo presa de ella preguntándose a sí misma, ¿porque aguanto tanto? no es justo, el cree que su trabajo es más importante que el que yo hago, todos los días me lo recuerda: hice esto o aquello, me dijeron o dije, logré la meta o me regañaron por no hacerlo, todo girando en torno suyo, eso quiere decir que lo que yo hago no tiene mérito, que los esfuerzos y las complicaciones del hogar por no tener un patrón son menos que las de él, aunque en realidad tenga más patrones que él, que supervisan, que critican y que en muchas veces menosprecian el trabajo realizado y que además se hace sin recibir ningún sueldo por ello, solo el dinero destinado a los gastos y compromisos, siempre lo justo para compartirlo con ellos mismos en el llamado gasto del hogar, si, estuvo a punto de decir que se vaya todo allá donde no podemos mencionar, a lo más lejos posible y sin querer ser grosera pensó, quiero preocuparme por mi misma, por mi futuro y ganas de hacer algo de lo que me sienta satisfecha, sin tener que dar cuentas a alguien, muchos menos a varios; tener la oportunidad como él de irme al bar con los compañeros del trabajo, o a un viaje de entrenamiento o de capacitación que más da, de lo que se trate el viaje solo que me permita salirme de la rutina que me está aniquilando, que alguien me tome en cuenta y que valore lo que hago, a su vez se sorprendió preguntándose: ¿que puede ser más valioso que la vida de los que quieres y a los que atiendes en todo sentido, que sería de su capacidad y responsabilidad en el trabajo si no tuviera alguien que le facilitara todo en su hogar: alimentos, ropa, atención a los hijos y aseo entre muchas más responsabilidades?; todo esto acudió a su mente y las ganas de llorar acudieron a sus ojos, que se rasaron de lágrimas mal contenidas, queriendo lanzar un reto de desesperación a modo de grito de un guerrero que está dispuesto a luchar en el campo de batalla hasta quedar exhausto por el esfuerzo y la entrega. En eso, el llanto de su pequeña criatura lejos toda esta sensación arrojó, pues con la preocupación instintiva del ser más precioso que es la madre, que lo da todo sin pretender recibir algo a cambio, al menos de forma planeada la tristeza desapareció se esfumó; su lugar lo ocuparon las risas y alegrías de su pequeño ser, imaginando de inmediato lo que en el futuro este podría llegar a ser: arquitecto tal vez, a ella le gustaba la armonía tal vez a su bebé también; a lo mejor médico, que sería algo especial pues en la familia en general no había ninguno todavía; y porque no, tal vez miembro de la realeza de algún país lejano, como en la novelas o cuentos de hadas, y más que real, como ha sucedido con algunas de las bodas de príncipes con “plebeyos” que publicitan exageradamente los medios informativos sociales, puede ser cierto se dijo no es algo inverosímil, todo puede suceder en la vida la cuestión es disfrutar de nuestros sueños e ilusiones, pues cuando estos se cumplen se pasa muy rápido el momento de gozo o satisfacción; en efecto, debemos disfrutar nuestros planes y sueños ya que a veces duran más que las realidades. La ilusión no tiene límites y ella su camino continuó dejando la oscuridad atrás, pues todo lo que el ama de casa hace tiene como finalidad el dar vida; si, vida para todos los suyos. No existe cosa más importante por donde se le vea y todo esto lo dejó pasar como un secreto íntimo sin que nadie supiera la tentación que había vivido, muy suya, y con el deseo de seguir siendo la vela que orienta y da fuerza al velero; sin saberlo o estar consciente de ello de su hombro ella expulsó la presencia de los alicaídos personajes que para el caso, con el contagio de las sensaciones que provocan ya lo consideraban un buen trabajo realizado; con la cabeza en alto ella su camino prosiguió aceptando sus responsabilidades a sabiendas que aunque no se le reconociera su participación, esa si existía, y es muy importante para que los demás sus sueños alcanzaran, entendiendo íntimamente que ella los estaba alcanzando, pues procuraba el bienestar de su preciosa familia; esa es su ilusión, esa es la meta de alguien que vale mucho y se entrega a los suyos; ¡wow que bonita forma de pensar, “yes”.
En ese momento se escuchó que don Dolorino lanzó una maldición, misma que no es me posible referir en esta obra pues podrían censurarla, la hizo preguntándose qué estaba pasando, pues era el segundo caso seguro que se les escapaba de las manos, increpó él a doña Tristezina diciendo que como era posible que algo tan vano para ellos pudiera ser tan representativo en la vida de un ser humano que se estaba ahogando, que estaba en la orilla del precipicio. Ambos se dijeron, que no era posible que ello pase con este tipo de gente que ya eran suyas, expresando amargamente: “nos pertenecen por derecho propio pues parecen haber perdido todo, deben sentirse abandonados y acabados por las condiciones en que viven y mira como resultó esto Tristezina, no es justo, eso que ella piensa y antepone a su propia vida no va a regenerar ni mejorar su existencia por solo el hecho de pensar así, es que no lo entiende, nosotros le ofrecemos más que eso y lo está abandonado; “si Dolorino” le contestó ella, “nuestro ofrecimiento tiene mayor peso y valor, estamos seguros que es mejor que olvidase y abandonare todo para dedicarse a ella misma de una forma egoísta y personalista para que haga de su propia vida un espacio donde no quepa nadie más, solo su ego e interés personal, no entiende que está perdiendo todo por dedicarse a los demás, esos hijos desagradecidos que ni las gracias le dan por alimentarlos y prepararles su ropa entre otras muchas otras cosas, un marido que no reconoce el esfuerzo de sacar adelante a una familia. Reconociendo el valor de su propia expresión doña Tristezina complementó: porque que a pesar que me incomode su decisión, también ellas tienen un valor y un precio por sus acciones de dedicación y entrega para que los suyos crezcan en sus vidas; uf que forma tan irracional tienen estos humanos de ver las cosas, eso me saca de quicio y me obliga a ser más dura con los demás, debemos redoblar esfuerzos pues no es posible que esto pase, no lo debemos permitir Dolorino, en donde quedará nuestro prestigio, van a hablar mal de nosotros y eso no es justo, sí que no”.

La verdad es que hasta a mí, Severino, me dio miedo escuchar cómo se enojaron, que bueno no ser persona de su interés, aunque quien sabe, más vale que me analice para no cometer el error de aceptarlos en mi vida sin estar consciente de ello, porque a todos nos puede suceder, no lo olviden.
Imagen Fuente: http://mamiverse.com/es/limpieza-ama-de-casa-44689/

Por lo extenso se dividió en tres partes

miércoles, 16 de noviembre de 2016

El Turistero y… sus cuentos.
El cuento deUrcelay

Doña Tristezina y don Dolorino
Dos sombríos personajes al acecho


                                                        
  Parte 1/2
Agazapados entre las sombras acechaban el paso de sus posibles víctimas, a decir de ellos gente fácil de atrapar, gente con poca capacidad para luchar, gente sin esperanza, todo de acuerdo a los tiempos que ahora vivimos, un mundo que cada día está más falto de valores y de buenas costumbres, en el que se está demostrado cada vez con mayor fuerza, una ausencia de caridad humana, falta de interés por lo que le pase al prójimo y por supuesto la desmedida ambición por lo material sin importar el daño que se pueda hacer a otros en su consecución. En efecto, mucho no tuvieron que esperar, pues como en cualquier ciudad con bastante población, de las llamadas metrópolis por sus dimensiones y características de contar con todo tipo de servicios, y que por ello aglutinan una diversidad –que es lo más hermoso del ser humano en cuanto a lo que vale en relación a una identidad propia e irrepetible y que nos hace únicos- enorme en cuanto a características y formas de pensar de las personas ya sea por su forma de actuar, reaccionar y porque no, también por su forma de decidir, que es en lo que radica principalmente dicha diversidad; es decir, en términos más coloquiales, que por ahí de todo tipo de personas pasaban: Estudiantes sin ilusiones, que según su pensamiento afrontaban un mundo carente de oportunidades en el cual no habría forma de triunfar, que para ellos todo era metódico y estaban destinados al fracaso; amas de casa insatisfechas, ya sea por, según ellas, no haber logrado éxitos propios y estar arrinconadas en sus quehaceres domésticos, o el tener que trabajar y conseguir el complemento, o en ocasiones la totalidad del sustento y al final de la jornada laboral atender sus hogares sin un verdadero descanso; profesionistas fracasados por tantos años de estudio, a veces con experiencias laborales demostradas y que no habían conseguido el anhelado éxito que los catapultara a otro nivel de vida con mayores satisfacciones materiales; empresarios derrotados por las condiciones de los mercados nacionales o internacionales que dentro del concepto de globalización no perdonan razas ni condiciones para eliminar a la competencia; y mucho más, por supuesto el tipo de gente que a ellos les interesaban, pues también en ese camino se podían observar pasar a personas de éxito, contentas, satisfechas y con ilusiones, que por supuesto y para sus fines aviesos a ellos no les interesaban, ni siquiera les dedicaban la más mínima atención pues no entraban en sus planes de conquista. Entusiasmados y después de discriminar a unos y a otros, con esa percepción que solo proporciona la experiencia los acechadores entre ellos mismos se preguntaban qué hacer con tanto trabajo que se les presentaba, el lujo de escoger se podían dar y ganarles a sus parientes (doña Envidiolina y don Egoistolo; don Perversino y doña Malandria;  Vengalinia y Revanchilia; papá Odiolino y su hijo Rencorino y las tías doña Angustiasina y doña Desesperina) y demostrarle a su padre don Infelicio que su presencia era más fuerte que la de ellos; si, era su oportunidad ni duda cabía de ello, era el momento de aprovecharse de la debilidad y condición de aquellos escogidos que reunían aspectos con tendencias a sus intereses para hacerse presentes, para ahí estacionarse permanentemente y echar raíces en la persona con la consecuente debacle del individuo al que hubieren conquistado con falsos argumentos de un bienestar disfrazado de buenas intenciones que por supuesto tienen bien estudiado y que saben les da resultado, porque aunque no nos guste, debemos reconocer que nuestros personajes tienen la razón, ya que todos a veces creemos escuchar “el canto de las sirenas” y somos susceptibles de someternos a su encanto, considerando que lo que hacemos es lo mejor y que nadie puede decirnos algo al respecto pues nosotros somos lo máximo, y pues esa condición de supremacía mal concebida significa el abandono de la persona social, que nunca será benéfico, aunque algunos lo crean y enuncien con bombo y platillo que nadie les manda que hacer, para al final no hacer algo productivo en sus vidas tratando de demostrar que tienen el control de algo que no tiene razón de ser: La improductividad. El que argumenta o no está de acuerdo con ello, quiere decir que a él ya lo visitaron nuestros aguerridos personajes y que lo tienen prisionero en su propio castillo, como dijera el dicho “lamiéndose las heridas…”.


El Estudiante

Con toda la emoción a flor de piel que da el emprender una aventura donde esperas tener el control y sientes la seguridad del éxito, y aún más, sin ponerse de acuerdo previamente, ambos notaron a un joven con peinado que no se peina, su mochila llena de parches de diversos grupos musicales y muchas leyendas en inglés y una que otra en español, tal y como le agrada a nuestros jóvenes que prefieren el idioma de “Shakespeare” forzados por la inmensa presión de la mercadotecnia, tanto de empresas franquiciadas como de transnacionales, a sabiendas de que el inglés, aunque sea el idioma que domina a nivel mundial, es un idioma pobre que agrupa varios conceptos con una sola expresión, a excepción del español que cada concepto tiene múltiples expresiones que lo enriquecen y permiten una mejor expresión; jóvenes sumamente influenciados por estas características y por una mercadotecnia exacerbada,  más fuerte que la propia voluntad, pero no solo de ellos que aún les falta por caminar en la vida y aprender, sino también que la de muchos de los llamados adultos que sin saber pronunciar el idioma de “Shakespeare” “mascamos” palabras y frases en inglés, denostando la riqueza del idioma propio que tiene la fortaleza de la diversidad y capacidad que se sobrepone y supera con creces a un pobre acervo como el del idioma inglés. Pues bien, haciendo gala de su gran experiencia con jóvenes, detectaron la mirada perdida del joven que ya fuere por su situación escolar o por algún problema personal les indicaba que podría ser su primer “cliente”. Se miraron y sin mediar palabra se pusieron de acuerdo pues convinieron que sería rápido el orillarlo a mantener un perfil de persona no grata, hosco y malhumorado constante, que reflejara ante cualquiera que lo buscara o hiciera contacto con él su decepción y pensamientos negativos, tratando de contagiarlos, como sucede cuando alguien se levanta de mal humor y quiere agredir a todos, es decir llevarlos a su nivel de agresividad como una forma de manifestar su inconformidad por sus problemas personales que debieran afectarlo solamente en ese pequeño ámbito que es el entorno íntimo y momentáneo, sin tratar de extenderlo a quien se atraviese o “rumiarlo” constantemente presentando las mismas consecuencias pues el trato y la relación con los demás es continua al convivir en una sociedad, lo que convierte cualquier problema o situación adversa en algo de mayor magnitud y que la mayoría de las veces se nos va de las manos, pudiéndonos ver involucrados en situaciones incontrolables que nos lastiman más y que convierten en un círculo vicioso nuestro mal talante haciendo caso omiso del precioso dicho que reza: “Puedes ser el sol que ilumina la oscuridad de los demás…”; ah, que gusto y satisfacción para cualquiera de nosotros poder presumir de ser ese sol precisamente, el que cambie mal por bien, dejar de ser negativos para convertirnos en positivos naturales, lo que muchos autores y conferencistas pregonan y han demostrado; que el éxito y bienestar tiene su raíz en nosotros mismos, que debemos conservar el aura que nos ayude a superar nuestras circunstancias adversas en algo propositivo para con ello convertirnos en esa luz que nos ilumine e irradie a los demás, convirtiendo fases negativas en círculos positivos, que indiquen que somos lo que queremos ser y que para creerlo es necesario comprobarlo, empezando el día con pensamientos positivos que me ayuden a conquistar la meta de esa jornada; evitando lo que expresan los supersticiosos al decir me levanté con la pierna izquierda; algo que por mi propia voluntad puedo convertir en haberme levantado con la derecha; o que sí, amaneció nublado, tenga la fortaleza de ver la luz que habita en todos y sentirse capaz de irradiar esa misma luz hacia los demás teniendo la capacidad de sentir la vida como el don que recibí y por el cual estoy aquí, haciendo de lado y alejando todo aquello que me haga sentir mal; aunque se dan situaciones artificiales y negativas que hacen que nos parezca que todo es bonito, como lo pueden provocar las drogas con un burdo alejamiento de la realidad, la violencia con el abuso que provoca y lastima a los demás; y la delincuencia con el aprovechamiento ilegal que daña a la estructura social, situaciones que cuando “capturan” a alguien es para hacerlos sentir especiales o más fuertes que los demás; debiéndonos recordar que no hay nadie más fuerte que aquel que es sano de mente y cuerpo, y que soporta más que otros las malas condiciones. Sí, que hermoso ser libre de todo ello, no tener ataduras que me lastimen ni de las cuales depender para obtener una felicidad pasajera que siempre termina en manos de doña Tristezina y de don Dolorino, invariablemente, lo aseguro yo don Severino caballero de buen andar.
Mal empezaron a escoger; el estudiante al sentir la influencia de la tristeza por la lejanía de sus parientes pues su hogar estaba en otra ciudad, por cierto bastante lejana, y no tanto porque el estudiar en otra universidad fuese más barato o accesible, sino por la intención natural de ciertos jóvenes que desean ser si no autónomos si independientes en alguna medida, esos que son inquietos y les gusta volar desde muy temprano y deciden alejarse de la influencia directa de los paterfamilias, sobre todo del a veces mal concebido control que intenta cortar de fondo toda iniciativa de los que son el futuro de la humanidad, pues habremos de recordar que el instinto y el deseo nato de investigar con que nacemos todos en la mayoría de las veces es coartado por los programas acartonados de educación y sobre todo por parte de los educadores que lo que menos quieren es que en sus aulas existan libres pensadores o inquisidores de lo que ya tienen preparado como material didáctico o del llamado programa de clase, por cierto hecho en serie y que cualquier cuestionamiento fuera de lo por ellos contextualizado representa estudio e investigación extra con la consiguiente extensión del horario laboral, alegando que no se les paga ese extra o que no se les paga lo debido en cuanto a su responsabilidad –lo que es un tema muy controversial pues en realidad así es, ya que no es concebible que funcionarios de gobierno, integrantes del sector legislativo y de otros organismos del sector público ganan muy por encima de los profesionales que preparan y forman individuos, lo que representa una alta responsabilidad moral y social-. En fin, algunos de estos mentores haciendo de lado la ética y el profesionalismo no están preparados para atender y fomentar el libre pensamiento que da lugar al interés por la investigación, disciplina que tanto necesita un país para construir nuevas estructuras que permitan el desarrollo y mejoren el bienestar social, sumamente necesario en países como México, de los llamados tercermundistas, en vías de desarrollo o subdesarrollados –aunque autoridades lo nieguen preparando informes macroeconómicos donde se indica que estamos bien en relación a otros países, que tenemos reservas y otros factores a nivel macro que sirven de base para asegurarlo; mientras que el bolsillo de cada ciudadano, que es el verdadero indicador del bienestar, o sea el nivel microeconómico es el que nos lleva a la realidad cuando no tenemos para pagar los conceptos básicos y las deudas se ciernen para agobiarnos, aunando a esto a los intereses que estas generan, quitando la posibilidad del ahorro que toda sociedad requiere para no ser tercermundista-. En este entorno se hace todavía más necesario el promover la investigación para tener nuestras propias tecnologías y estrategias de crecimiento que redundarían en beneficio económico y social; y aunque crudo, es necesario decirlo, la falta de ética la encontramos en muchos de los llamados profesionistas que se suponen la deben haber adquirido con la culminación de sus estudios profesionales, que en todas las disciplinas se incluye como parte del plan de estudios y se trata de inculcar. Bien podemos asegurar que esta dolencia se resiente más en la educación y en la salud, profesión esta última donde prácticamente olvidaron el Juramento Hipocrático y ahora las especialidades son verdaderas minas de metal dorado, olvidándose de lo que es la necesidad humana por un lucro exacerbado, haciendo énfasis en que, si, todavía hay todavía algunos médicos y docentes que ostentan con orgullo su profesionalismo brindándose de forma excepcional, que aunque busquen su bienestar personal que es totalmente válido también ven por los más necesitados, esos que no tienen para pagar servicios médicos o escuelas particulares y que por desgracia abundan en países como el nuestro, habría que hacer una lista de esos que saben ser profesionales con ética, que para el caso los hay con título o sin él, con el fin de que la población se los reconozca, dijera el dicho “en vida hermano…”.
Ah, y por si acaso existieran “ovejas” que se brinquen las trancas –como varios casos de investigadores e inventores que se han presentado en la actualidad con grandes cualidades e intelecto-, ya están listos los “pastores” extranjeros para llevárselas a sus corrales pues en México no existen programas o estrategias especiales para conservarlos y apoyarlos económicamente en materia científica y tecnológica, salvo en aquellos pocos casos en que pudiera haber intereses muy definidos; además, es generalmente sabido que también se presenta esta situación y con mayor frecuencia en lo deportivo en donde hemos dado verdaderos campanazos, ya sea en lo boxístico como en otras disciplinas. Pues bien, regresando con nuestro “estudihambre”, he aquí que el dolor que causa el verse separado constantemente de los seres queridos sin participar de las alegrías que brindan su compañía y cercanía, de esos problemas familiares que se solucionan rápido cuando el sentimiento es más fuerte que el propio malestar o enojo, e incluso los propios amigos de su niñez y porque no la chica o chico que pudo haber provocado ese sentimiento especial que la mayoría, si no todos esperamos en la vida. Todo esto le evocó sus mejores recuerdos y formó una visión mejor de lo que actualmente tenía; según sus ilusiones y gracias al respaldo y ayuda de sus familias o de programas de apoyo ya sea de carácter estatal o federal, incluso de algunas instituciones y organismos privados que en verdad representan claras oportunidades para quienes desean realmente superarse y prepararse, recordando la frase que reza así: “…el que quiere puede”; entendió que podría lograr un futuro sin limitaciones ni carencias, como todo joven debe pensar pues el deseo de crecer y buscar mejorar debe ser su mayor ambición, muchas de las veces basado en la esperanza de la culminación de estudios profesionales o técnicos y porque no decirlo, en algunas otras actividades que no requieren de esos estudios pero que las personas lo hacen de manera dedicada y comprometida, es decir profesional, en el entendido de que con una vida de entrega y responsabilidad también procuran la hermosa dignidad que cada uno ostenta para enfrentar los retos de una vida que exige lo máximo de cada quien, aunque algunos dijeran, a veces eso no alcanza; podrán tener razón en ello, pero el intento y esfuerzo se tiene que hacer para no lamentarse por no haberlo hecho, pues como dicen “…él hubiera no existe”. Y si, tienen razón ansiosos lectores, con nuestro joven se les escapó su primera víctima, pues como cuando sale el sol todo lo ilumina, así se sintió nuestro joven extasiado y comprendió que los sacrificios siempre tienen su recompensa cuando no torcemos ni forzamos circunstancias que nos pueden hacer mal, es decir, cuando hay ética y responsabilidad, sin importar el que algunos que han tenido éxito lo hayan logrado sin ellas, eso queda en sus mentes y en su profundo yo, que es lo que realmente tiene valor para cuando nos toque partir ya que nadie puede ser tan crítico con uno que uno mismo, y pues hemos de irnos como llegamos: sin nada, lo importante es “…mantener la frente en alto…” y podernos parar donde sea sin tener algo de que ocultarnos ante los demás, dijera el viejo: “prefiero la tranquilidad de mi vida que el engaño de otras vidas…” .
¡Chispas, ya lo creía nuestro, dijo doña Tristezina, se nos escurrió como la arena entre las manos,  y sin hacer ruido; pero no nos desanimemos querido compañero y hermano, la jornada es larga y la pesca promete ser buena, de aquí no nos vamos hasta lograr nuestro cometido, que sientan lo que nosotros queremos pues somos superiores a ellos, tenemos el poder de convencer y de vencer jeje!, los hemos de ver sometidos y en algún momento deberán sentir la tristeza y el dolor, ya después conocerán a nuestra pariente Angustiasina que está deseosa de ayudarnos y deleitarse con ese sentimiento de pérdida que ella hace sentir y que en verdad les hace mucho daño a los seres humanos, los aniquila totalmente después de haber sentido nuestra espesa presencia; si, el dolor y el esperado abandono a la suerte que les hemos preparado los tomará por sorpresa, y por supuesto que ahí estaremos hermano, estamos hechos para triunfar, este mundo no tiene remedio y mucho menos sus habitantes, yo los conozco, tarde que temprano serán nuestros, no te agüites, si no fue en este caso con este muchacho mal agradecido que no supo lo apreciar lo que le estábamos ofreciendo, será con otros pues como ya te dije, tenemos muchas armas para convencerlos y vencerlos, ya verás Dolorino.
Espero que así sea Tristezina, contestó don Dolorino todo consternado y preocupado pues no le gusta perder, continuó: nuestro padre el gran don Infelicio nos regañaría si se entera de que hemos fallado y que se nos fue alguien que podría haber sido fácil, eso me preocupa Tristezina, de donde sacó fuerza para olvidarse de nosotros, voy a tener que analizar que nos salió mal, eso te lo aseguro para que no vuelva a pasar, uf, no lo soporto, es más no se me hace justo.
Chispas y recontra chispas como dijera doña Tristezina, jeje. Ahora realmente comprendo que si están molestos, eso me agrada, voy a continuar observándolos para enterarme qué planes tienen y comentárselos a Ustedes amables lectores para que estén preparados y conozcan las artimañas que usan para engatusarnos y llevarnos a sus dominios, esos lugares fríos e inhóspitos que son sus madrigueras, las que les aseguro que no es nada agradable visitar y mucho menos el quedarse ahí permanentemente, pongan atención y no permitan que los conquisten con sus a veces tentadores pero falsos ofrecimientos de buenas sensaciones.
Figuras:
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lunes, 14 de noviembre de 2016

El Turistero y… sus aventuras.
El cuento deMiedo… ¡uhhhh!
Morelia, capital del esplendoroso Estado de Michoacán, situado este en las coordenadas: 19°10′07″N 101°53′59″O; colinda con los estados de Colima, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Guerrero y Edomex. Esta bella Ciudad, a pesar de los problemas de inseguridad que ha sufrido durante bastante tiempo, ofrece un buen rango de seguridad a los visitantes, pues sus problemas son índole interno. Cuenta con innumerables atractivos que van desde la belleza de escenarios naturales hasta la vívida realidad de sus etnias y su participación en una revolución que independizó a un país (los Purépecha); sus edificios y monumentos históricos son muestra de una gran cultura que ha trascendido fronteras, tanto por sus ilustres pensadores y artistas, como por la herencia de su gente. En Morelia (Antigua Valladolid), encontramos muchos inmuebles construidos en la época de la conquista y posterior, en algunos casos definidos principalmente como del estilo barroco, destacando el material de construcción llamado “piedra rosa”. Es pues en este escenario de donde parte el “cuento” que en esta ocasión se narra. En el Centro Histórico se encuentra ubicado el Hotel Alameda casi enfrente de la Catedral, ahora remozado y equipado con todo tipo de facilidades y servicios para un huésped exigente; inaugurado en 1940, fue edificado en los terrenos de una antigua farmacia que fue dañada por el fuego.

El Turistero, profesor en ese entonces de estudiantes de administración de empresas turísticas organizó un viaje por carretera a este bello destino, el principal objetivo en su formación consistía en conocer los atractivos turísticos y degustar la basta y deliciosa comida michoacana, que menciono solo para antojarlos: pescado blanco, corundas -tamales de forma triangular que se sirven con frijoles, carne de puerco en salsa roja y crema-, uchepos -tamales de elote tierno-, enchiladas morelianas y las variedades de pozole, entre otros muchos platillos que ¡uff!, sin más comentarios al respecto.
Toda vez realizado el muy poco placentero trayecto de aproximadamente 1,700 kms. partiendo de Hermosillo, Sonora, aunque es justo decirlo, entretenido pues los jóvenes, además de buenos muchachos y muchachas tuvieron ocurrencias y energía suficientes para eso y más; en fin, arribamos a eso del mediodía al Centro Histórico para hospedarnos en el mencionado Hotel Alameda, toda algarabía y deseos de expresar el alivio que significaba el llegar al destino se manifestó de inmediato y después del registro obligado y tardado por el gran contingente de que se trató, se dieron a la misión de conocer sus instalaciones y los alrededores. A falta de disponibilidad en habitaciones al profe lo ubicaron en una habitación del segundo patio que adorna una pequeña fuente, que queda aislada por las noches, pues los demás espacios son oficinas de la empresa. No haría falta decir que el cansancio, la edad y la llegada de la noche hizo que el que esto narra, “cayera” como piedra en una cama tamaño gigante y con un solo cuadro inmenso con la imagen de una dama vestida de negro y gesto adusto en el muro de la cabecera, por cierto un techo con altura considerable de más de tres metros.
A cierta hora de la madrugada, una opresión en el pecho que impedía la respiración, aunque con dificultad hizo que me despertara sobresaltado, para casi de forma instantánea pasear la vista por toda la habitación creyendo que alguien habría entrado; una vez comprobado que estaba solo, me acomodé para continuar con mi merecido descanso. Desconozco el tiempo que pasó, pero por segunda vez tuve la misma sensación, lo que hizo levantarme, encender luces y pasearme por el cuarto revisando cada rincón, para por último asomarme a la ventana y mirar el patio esperando descubrir a alguien que estuviera molestando o deambulando por los alrededores, constatando que estaba solo completamente. No sin antes de convencerme que todo estaba bien y que podían ser pesadillas o incomodidad por el cansancio de la carretera, decidí conciliar nuevamente el sueño, eso sí, con las luces encendidas. Nuevamente, sin saber el transcurso del tiempo, esta vez me fue más difícil despertarme pues la falta de aliento me lo impedía, al grado de que cuando pude hacerlo y revisar nuevamente el cuarto, tomé una almohada, me puse las pantuflas y me salí de allí para ir a dar al lobby del hotel y acomodarme en un sillón, recibiendo una mirada suspicaz de parte de uno de los empleados de la recepción.
Ya amaneciendo, decidí regresar a la habitación, deseando comprobar que todo estaba bien y que había sido mi paranoia la que me jugó una mala pasada; después del aseo personal y organizar las ideas y revisar el plan de acción para ese día, me trasladé al restaurante para desayunar. El organismo no miente, y las ojeras menos; uno de los meseros me preguntó si había salido a conocer Morelia de noche; respondiendo al respecto que había pasado mala noche, hasta ahí quedo la cosa de momento.

Poco a poco los estudiantes empezaron a llenar el comedor, a algunos hubo que despertarlos por medio de llamadas desde recepción, pero en fin quien fuera joven nuevamente ¿verdad? Entre saludos y preguntarles si tenían su itinerario a la mano para iniciar a cierta hora los recorridos y las visitas se escucharon algunos comentarios entre serios y en broma: “… que miedo, la cortina se movía sola y la ventana estaba cerrada”; “…me escondieron dos veces el cepillo del pelo, me lo cambiaban de lugar”; “¿…viste dos figuras tras el vitral cuando entró Alicia, y solo venía ella?; entre otros comentarios como el de que alguien estaba sentado en la cama, pues se observaba el desnivel que ello provoca; en fin hasta allí, éramos nosotros los que “vivimos” esas experiencias. Las prisas para cumplir con horarios de visita acordados desde nuestro origen, nos hizo enfocarnos en los compromisos contraídos ex profesamente para el viaje, por cierto agotador pues el tiempo en estos casos debe aprovecharse al máximo.
En el autobús, mientras llegábamos a nuestro primer destino, una plática sobre los antecedentes culinarios del Estado de Michoacán; los estudiantes fueron enlazando comentarios sobre los eventos nocturnos que casi a todos de una forma u otra afectaron, pues se agregaron situaciones como “jalones de cabello”, “tropiezos sin sentido” y ruidos o gemidos desconocidos; en fin, ese fue el tema hasta llegar a nuestro destino.
Toda vez cumplido el itinerario del primer día, otra conferencia sobre la historia de Morelia, la comida en un lugar típico y un recorrido a pie por el centro con visita al Museo de Historia Natural (según las historias y reportajes ahí “espantan”) y otros sitios de atracción turística obligados, nos dirigimos al hotel a eso de las 19:00 horas. Después de despedirnos cada quien puede disponer de su tiempo sin comprometer el programa del día siguiente (les dejo a su imaginación a que me refiero). Su servidor se fue directo a la recepción a indagar sobre los sucesos nocturnos, sin quererlos llamar todavía fenómenos y pues esto es lo que algunos empleados comentaron al respecto:
-          Pues sí, si existen “algunas” circunstancias como esas (comentario inicial muy cuidadoso), pero no pasa nada…
-          Bueno, en ocasiones también nos pasan “cosas” que nos sorprenden… pero ya nos acostumbramos.
-          Ja ja, en la cocina siempre nos cambian de lugar los cubiertos y algunos otros utensilios (ya empezaba la confianza en sus comentarios)
-          A mí, dijo un mesero, me han hecho tropezar varias veces y se me han caído las charolas, por eso usamos en ocasiones vajilla que sea menos delicada y por supuesto que tenemos mucho cuidado.
-          Yo he escuchado a una mujer cantar, no reconozco la letra, pero pues ya ni caso le hago…
Más tarde, la gerencia del hotel, como debe ser cuando existe calidad en el servicio y desean ser competitivas las empresas, ya nos tenía preparada una convivencia a modo de bienvenida en el patio principal (uno antes de donde estaba mi hospedaje), con bebidas ligeras y un “ambigú” para degustar los sabores “morelianos”. El muro principal corresponde a la torre del hotel, y existe una especie de corredor a modo de terraza cubierta; pues por ahí, el que esto escribe y algunos alumnos vimos pasar a una “dama” vestida de blanco (aclaración, la de mi cuarto llevaba vestido oscuro) que discurrió a todo lo largo de dicho pasillo/corredor; es decir no fui el único en observarla.
Al preguntarle a unos de los meseros sobre de quien se trataba, no quiso mencionar algo al respecto y se “escurrió” para no contestar. Este acicate me hizo ir nuevamente a la recepción y preguntar directamente sobre ello, respondiendo de forma obligada, me refirieron que se trataba de alguien que había muerto antes de casarse y que a veces se aparecía, pero que eso sí, sin molestar a ninguna persona. Pues ya se imaginarán, ni ganas de irme a dormir, soy muy macho y no tenía miedo, pero… pues me pase mucho tiempo en vela esa noche y el cansancio terminó por vencerme y saben que… ya no hubo pesadillas ni sensaciones de malestar; que sucedió entonces, cada quien puede pensar lo que guste; si desean pueden visitar como lo han hecho muchos, ese hotel o el museo u otros establecimientos de hospedaje donde dicen que “asustan”: Hotel Colonial, Hotel del Virrey, entre otros; para tal caso existen muchas historias y leyendas, eso también es turístico y atrae a un nicho especial de turisteros. Su servidor desde entonces es más respetuoso al respecto.
En Hermosillo alguna vez, atinadamente, se hizo un poco de este tipo de entretenimiento, en los calabozos de castigo del antiguo Presidio de Hermosillo donde se contaban, a la luz de quinqués historias de los presos; también podemos mencionar la “casa del diablo” que está en una colina cerca de una zona residencial y que sido material de reportajes; en fin, todo es cuestión de que alguien se ponga las pilas y se promueva un turismo diferente como lo hizo recientemente en la Ciudad de México la cervecería que produce Victoria, al que llamaron Hotel de Leyendas Victoria que estuvo ofreciendo hospedaje  hasta el seis de noviembre pasado, con narración y vivencias de cuentos tradicionales de sustos (La Llorona, El Colgado y La Dama de Rojo); pues sí, eso es creatividad y deseos de innovar y sobre todo el rescatar nuestras ricas tradiciones en cuanto a las extranjeras que tanto han permeado en la sociedad, sobre todo en las ciudades que están cerca de la frontera norte, ya platicaremos al respecto. GRACIAS y saludos para ellos y para ellas.
Los y las que fueron a ese viaje deben tener fotografías, si desean pueden subirlas pues recordar es vivir.

sábado, 12 de noviembre de 2016

El turistero y...

El Turistero y… sus ocurrencias.
El cuento deLa Calidad en el Servicio
Había una vez… un mundo tan hermoso que todos querían compartir, pues sus habitantes se sabían queridos  e importantes ya que en todas partes los recibían con sonrisas y alegría; les decían, vengan aquí, serán bien recibidos y mejor atendidos; no se preocupen por nada que nosotros nos preocuparemos por Ustedes. Acérquense y pasen que queremos atenderlos como se merecen, si, les ofreceremos lo mejor que tenemos y haremos nuestro mayor esfuerzo porque queden satisfechos y sobre todo por que continúen viniendo a visitarnos. Nosotros, decían, todos los días nos preparamos para recibirlos y ofrecerles lo mejor que tenemos porque nuestra vida va en ello, sin su preferencia nada podríamos hacer, son la razón de ser de nuestra organización.
Sí, pasen, les ofreceremos productos y servicios con garantía y respaldo del fabricante, además de nuestra mejor atención; nos hemos esforzado para conseguir buenos precios y excelente calidad pues su satisfacción es la nuestra y su presencia la mejor motivación; nuestras familias les agradecen la preferencia. ¡Oopss! el despertador, hora de levantarse.

Parece utópico pero no es imposible; en algún momento de nuestras vidas debe quedarnos claro que todos y todas tenemos ingresos debido a unas personas llamadas clientes o consumidores o usuarios; son los que permiten a las empresas, negocios y organizaciones obtener los recursos con los que habrá de seguir operando y tener colaboradores de todo nivel; incluidos los funcionarios y trabajadores de oficinas gubernamentales, pues viven de los impuestos y derechos que paga la sociedad; entonces, no podemos decir que alguien no esté beneficiado con la presencia en sus instalaciones de esos personajes que nos permiten obtener con nuestra dedicación y esfuerzo el ingreso que sostiene a las personas, a las familias y a la sociedad en general.

Lo aceptemos o no, sin duda todos en general hemos consumido o comprado algo, eso nos hace clientes de una forma u otra; seguro que también han experimentado tristes situaciones donde nos “agreden” verbalmente y hasta en ocasiones psicológicamente; a veces protestamos, pero las más lo dejamos pasar de largo. Es triste que sea así porque es posible demostrarles a los dueños, representantes y colaborares que si nos ponemos de acuerdo y no compramos o consumimos en su establecimiento, lo más seguro es que en primera instancia deberán despedir personal y en casos extremos cerrar sus puertas, por supuesto perdiendo parte o el total de la inversión.

Será tan difícil comprender que el consumidor nos permite tener un ingreso, llámese como quieran: sueldo, salario, comisión, honorarios, utilidad o rendimientos, y que ese dinero nos permite formar parte de la cadena de consumo en la que todos y todas en cierto momento participamos (comida, techo, vestido, escuelas, diversión…). Cabe aquí la pregunta del millón, ¿qué pasa por la mente de quienes no tratan o atienden bien al cliente?, será que desean que no compren o consuman en su establecimiento, es decir les pongo cara de fastidio o incomodidad para reflejar mi molestia; al respecto es importante tener presente de que en cualquier giro o actividad actualmente existe mucha competencia;  o en su caso, ¿se sienten seguros por su antigüedad o por ser líderes en el mercado?, cuando una empresa cierra, no hay antigüedad, alcanzaran de liquidación lo que quede de saldo después de cubrir los compromisos… ¿y después? Si hubiese mucha oferta laboral de buen nivel, ni quien diga nada, a trabajar en otra organización… ¿esa será la solución?

Un poco de inversión en capacitación ayuda a las empresas e instituciones a comprender a nuestros muy queridos y anhelados personajes, lo interesante es que es recuperable a mediano plazo y que da garantía de continuidad a la organización o grado de satisfacción a la sociedad, sobre todo en momentos de crisis económica, que a decir verdad nunca se acaba sobre todo en países como México que está en vías de desarrollo desde hace muuuucho tiempo.

CAPACITACIÓN=CALIDAD EN EL SERVICIO=COMPETITIVIDAD=PERMANENCIA