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sábado, 28 de julio de 2018


El valor, nuestro motor en la vida
Hace unos días, en una reunión distinguí a jóvenes que a pesar de tener el activo más valioso que en su momento tiene todo ser humano, su propia juventud; y todavía más, un plus valor como lo es una profesión, estaban inciertos y dubitativos sobre las acciones que debían emprender para según ellos el éxito alcanzar. Afortunadamente, la edad y la experiencia permiten detectar estas situaciones; por ello, se pudo dar un acercamiento y pues la verdad, haciendo memoria descubro que muchos de los estudiantes que han pasado por las aulas de este desorientado profesor tienen una sensación de inseguridad y en muchos de casos de abandono, como si no les importara su futuro; pues bien, lo importante es que hubo la confianza para hacer preguntas. Destaco principalmente una que dio pie para buscar este artículo ya viejo que menciona algo que todos en su momento hemos tenido: miedo


Se los comparto con la única intención de intentar de despertar el valor que todos, sin excepción alguna, tenemos y que en muchas ocasiones por las condiciones propias de la vida olvidamos que poseemos, que somos capaces de realizar las proezas más grandes y sobre todo que contamos con la capacidad para tomar la decisión de enfrentar lo desconocido e incierto con la energía que provee la rebeldía, la curiosidad, el deseo y sobre todo, la fuerza que representa la propia juventud. Nuestros jóvenes son la esperanza de un Hermoso México que se ha visto avasallado por innumerables circunstancias negativas, si ellos quisieran, con su unión y fuerza podrían construir un mundo mejor, como el que se visualiza para el México 2050.
¿Te falta valor?
4 Técnicas para recuperar el coraje y ponerte en acción
Hay dos factores directamente relacionados con el valor, con tener el coraje para hacer los cambios que quieres hacer. Uno es el miedo, y el otro el deseo de actuar. De forma que tu valor es igual al deseo de actuar dividido por el miedo que sientes.

VALOR= DESEO DE ACTUAR/ MIEDO
Por tanto, si quieres aumentar tu valor necesitas:
- Incrementar el deseo de actuar
- Disminuir el miedo
- Ambas cosas
¿Interesante, verdad? Porque lo fácil es pensar que siempre hay que intentar no tener miedo o gestionarlo bien, pero es igualmente importante trabajar en las ganas, en el “querer”. Ya sabemos que querer es poder. Una razón lo suficientemente fuerte que te motive a perseverar cuando las cosas no salgan bien o cuando estés desanimada/o, es fundamental.
Algunas técnicas que puedes probar para aumentar tu valor son:
1. Reducir la incertidumbre. Hay personas que toleran bien la incertidumbre y otras que realmente sufren cuando no saben qué va a pasar en un futuro o cómo se va a desarrollar una situación. Si este es tu caso (y especialmente si quieres ser una emprendedora) es importante que trabajes eso. ¿Cómo puedes disminuir la incertidumbre? Entendiendo tu situación lo máximo posible y de manera realista, averiguando todo lo que sea necesario para que puedas pensar con claridad. A veces con visualizar tu futuro o hacerte unas simples preguntas es suficiente para tener la información que necesitas para verlo todo más claro.
2. Relajarte. Es muy importante cuidarte en estas situaciones de estrés, ya sea haciendo deporte, yoga, meditación, respiración controlada. Técnicas para relajarte físicamente, lo que impacta de manera directa en el miedo y la ansiedad.
3. Enfadarte. Si el miedo te hace sentir indefensa y sin control, el enfado hace todo lo contrario. Cuando estás enfadada te sientes más en control, eres más perseverante y tenaz y crees más en tus posibilidades, por tanto, puede ser una buena forma de entrar en acción. Por supuesto estamos hablando de algo puntual y útil en determinadas circunstancias. Por ejemplo: Imagina que tienes un proyecto en mente pero cuando lo compartes con familiares y amigos todo son críticas y negatividad, entonces en lugar de desanimarte, enfádate (no con ellos, literalmente, si entiendes lo que quiero decir) y en lugar de pensar en abandonar se te meterá entre ceja y ceja lograrlo como sea. Por supuesto, esta técnica sólo funciona en algunos casos, no sería muy útil para el miedo a hablar en público por ejemplo (o a lo mejor para ti sí, quién sabe.)
4. Aceptar los errores como algo normal e inevitable. De esto ya he hablado varias veces. Las personas con coraje saben que los errores son parte del camino y no le dan más importancia (eso no quiere decir que les guste, pero lo aceptan y aprenden la lección).
Algo interesante es que se analizaron tres grupos de personas que tenían que dar una charla. Durante los ensayos, al primer grupo se le advirtió de que no debían cometer ningún error. A las personas del segundo grupo les indicaron que cometieran un error a propósito durante el ensayo, y después les aseguraron que no había tenido importancia, para que aprendieran a perdonar sus errores. Al tercer grupo se le indicó que cometieran un error a propósito y que lo incorporaran a la charla final. Resultado: las personas del 3º grupo se mostraron más confiadas en el escenario y fueron las mejor valoradas por el público.
Por tanto, más que no cometer errores o perdonarte a ti misma si los cometes, el cometer errores y aceptarlo tranquilamente como parte del proceso da mejores resultados.

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