El Turistero y… sus cuentos.
El cuento de… Urcelay
Doña Tristezina y
don Dolorino
Dos sombríos personajes al
acecho
Parte 1/2
Agazapados
entre las sombras acechaban el paso de sus posibles víctimas, a decir de ellos
gente fácil de atrapar, gente con poca capacidad para luchar, gente sin
esperanza, todo de acuerdo a los tiempos que ahora vivimos, un mundo que cada
día está más falto de valores y de buenas costumbres, en el que se está
demostrado cada vez con mayor fuerza, una ausencia de caridad humana, falta de
interés por lo que le pase al prójimo y por supuesto la desmedida ambición por
lo material sin importar el daño que se pueda hacer a otros en su consecución.
En efecto, mucho no tuvieron que esperar, pues como en cualquier ciudad con
bastante población, de las llamadas metrópolis por sus dimensiones y
características de contar con todo tipo de servicios, y que por ello aglutinan
una diversidad –que es lo más hermoso del ser humano en cuanto a lo que vale en
relación a una identidad propia e irrepetible y que nos hace únicos- enorme en
cuanto a características y formas de pensar de las personas ya sea por su forma
de actuar, reaccionar y porque no, también por su forma de decidir, que es en
lo que radica principalmente dicha diversidad; es decir, en términos más
coloquiales, que por ahí de todo tipo de personas pasaban: Estudiantes sin
ilusiones, que según su pensamiento afrontaban un mundo carente de
oportunidades en el cual no habría forma de triunfar, que para ellos todo era
metódico y estaban destinados al fracaso; amas de casa insatisfechas, ya sea
por, según ellas, no haber logrado éxitos propios y estar arrinconadas en sus
quehaceres domésticos, o el tener que trabajar y conseguir el complemento, o en
ocasiones la totalidad del sustento y al final de la jornada laboral atender
sus hogares sin un verdadero descanso; profesionistas fracasados por tantos
años de estudio, a veces con experiencias laborales demostradas y que no habían
conseguido el anhelado éxito que los catapultara a otro nivel de vida con
mayores satisfacciones materiales; empresarios derrotados por las condiciones
de los mercados nacionales o internacionales que dentro del concepto de
globalización no perdonan razas ni condiciones para eliminar a la competencia;
y mucho más, por supuesto el tipo de gente que a ellos les interesaban, pues
también en ese camino se podían observar pasar a personas de éxito, contentas,
satisfechas y con ilusiones, que por supuesto y para sus fines aviesos a ellos
no les interesaban, ni siquiera les dedicaban la más mínima atención pues no
entraban en sus planes de conquista. Entusiasmados y después de discriminar a
unos y a otros, con esa percepción que solo proporciona la experiencia los
acechadores entre ellos mismos se preguntaban qué hacer con tanto trabajo que
se les presentaba, el lujo de escoger se podían dar y ganarles a sus parientes
(doña Envidiolina y don Egoistolo; don
Perversino y doña Malandria; Vengalinia
y Revanchilia; papá Odiolino y su hijo Rencorino y las tías doña Angustiasina y
doña Desesperina) y demostrarle a su padre don Infelicio que su presencia
era más fuerte que la de ellos; si, era su oportunidad ni duda cabía de ello,
era el momento de aprovecharse de la debilidad y condición de aquellos
escogidos que reunían aspectos con tendencias a sus intereses para hacerse
presentes, para ahí estacionarse permanentemente y echar raíces en la persona
con la consecuente debacle del individuo al que hubieren conquistado con falsos
argumentos de un bienestar disfrazado de buenas intenciones que por supuesto
tienen bien estudiado y que saben les da resultado, porque aunque no nos guste,
debemos reconocer que nuestros personajes tienen la razón, ya que todos a veces
creemos escuchar “el canto de las sirenas” y somos susceptibles de someternos a
su encanto, considerando que lo que hacemos es lo mejor y que nadie puede
decirnos algo al respecto pues nosotros somos lo máximo, y pues esa condición
de supremacía mal concebida significa el abandono de la persona social, que
nunca será benéfico, aunque algunos lo crean y enuncien con bombo y platillo
que nadie les manda que hacer, para al final no hacer algo productivo en sus
vidas tratando de demostrar que tienen el control de algo que no tiene razón de
ser: La improductividad. El que argumenta o no está de acuerdo con ello, quiere
decir que a él ya lo visitaron nuestros aguerridos personajes y que lo tienen
prisionero en su propio castillo, como dijera el dicho “lamiéndose las
heridas…”.
El Estudiante
Con toda
la emoción a flor de piel que da el emprender una aventura donde esperas tener
el control y sientes la seguridad del éxito, y aún más, sin ponerse de acuerdo
previamente, ambos notaron a un joven con peinado que no se peina, su mochila
llena de parches de diversos grupos musicales y muchas leyendas en inglés y una
que otra en español, tal y como le agrada a nuestros jóvenes que prefieren el
idioma de “Shakespeare” forzados por la inmensa presión de la mercadotecnia,
tanto de empresas franquiciadas como de transnacionales, a sabiendas de que el
inglés, aunque sea el idioma que domina a nivel mundial, es un idioma pobre que
agrupa varios conceptos con una sola expresión, a excepción del español que
cada concepto tiene múltiples expresiones que lo enriquecen y permiten una
mejor expresión; jóvenes sumamente influenciados por estas características y
por una mercadotecnia exacerbada, más
fuerte que la propia voluntad, pero no solo de ellos que aún les falta por
caminar en la vida y aprender, sino también que la de muchos de los llamados
adultos que sin saber pronunciar el idioma de “Shakespeare” “mascamos” palabras
y frases en inglés, denostando la riqueza del idioma propio que tiene la
fortaleza de la diversidad y capacidad que se sobrepone y supera con creces a
un pobre acervo como el del idioma inglés. Pues bien, haciendo gala de su gran
experiencia con jóvenes, detectaron la mirada perdida del joven que ya fuere
por su situación escolar o por algún problema personal les indicaba que podría ser
su primer “cliente”. Se miraron y sin mediar palabra se pusieron de acuerdo
pues convinieron que sería rápido el orillarlo a mantener un perfil de persona
no grata, hosco y malhumorado constante, que reflejara ante cualquiera que lo
buscara o hiciera contacto con él su decepción y pensamientos negativos,
tratando de contagiarlos, como sucede cuando alguien se levanta de mal humor y
quiere agredir a todos, es decir llevarlos a su nivel de agresividad como una
forma de manifestar su inconformidad por sus problemas personales que debieran
afectarlo solamente en ese pequeño ámbito que es el entorno íntimo y
momentáneo, sin tratar de extenderlo a quien se atraviese o “rumiarlo”
constantemente presentando las mismas consecuencias pues el trato y la relación
con los demás es continua al convivir en una sociedad, lo que convierte
cualquier problema o situación adversa en algo de mayor magnitud y que la
mayoría de las veces se nos va de las manos, pudiéndonos ver involucrados en
situaciones incontrolables que nos lastiman más y que convierten en un círculo
vicioso nuestro mal talante haciendo caso omiso del precioso dicho que reza:
“Puedes ser el sol que ilumina la oscuridad de los demás…”; ah, que gusto y
satisfacción para cualquiera de nosotros poder presumir de ser ese sol
precisamente, el que cambie mal por bien, dejar de ser negativos para
convertirnos en positivos naturales, lo que muchos autores y conferencistas
pregonan y han demostrado; que el éxito y bienestar tiene su raíz en nosotros
mismos, que debemos conservar el aura que nos ayude a superar nuestras
circunstancias adversas en algo propositivo para con ello convertirnos en esa
luz que nos ilumine e irradie a los demás, convirtiendo fases negativas en
círculos positivos, que indiquen que somos lo que queremos ser y que para
creerlo es necesario comprobarlo, empezando el día con pensamientos positivos
que me ayuden a conquistar la meta de esa jornada; evitando lo que expresan los
supersticiosos al decir me levanté con la pierna izquierda; algo que por mi
propia voluntad puedo convertir en haberme levantado con la derecha; o que sí,
amaneció nublado, tenga la fortaleza de ver la luz que habita en todos y sentirse
capaz de irradiar esa misma luz hacia los demás teniendo la capacidad de sentir
la vida como el don que recibí y por el cual estoy aquí, haciendo de lado y
alejando todo aquello que me haga sentir mal; aunque se dan situaciones
artificiales y negativas que hacen que nos parezca que todo es bonito, como lo
pueden provocar las drogas con un burdo alejamiento de la realidad, la
violencia con el abuso que provoca y lastima a los demás; y la delincuencia con
el aprovechamiento ilegal que daña a la estructura social, situaciones que
cuando “capturan” a alguien es para hacerlos sentir especiales o más fuertes
que los demás; debiéndonos recordar que no hay nadie más fuerte que aquel que
es sano de mente y cuerpo, y que soporta más que otros las malas condiciones.
Sí, que hermoso ser libre de todo ello, no tener ataduras que me lastimen ni de
las cuales depender para obtener una felicidad pasajera que siempre termina en
manos de doña Tristezina y de don Dolorino, invariablemente, lo aseguro yo don
Severino caballero de buen andar.
Mal
empezaron a escoger; el estudiante al sentir la influencia de la tristeza por
la lejanía de sus parientes pues su hogar estaba en otra ciudad, por cierto
bastante lejana, y no tanto porque el estudiar en otra universidad fuese más
barato o accesible, sino por la intención natural de ciertos jóvenes que desean
ser si no autónomos si independientes en alguna medida, esos que son inquietos
y les gusta volar desde muy temprano y deciden alejarse de la influencia
directa de los paterfamilias, sobre todo del a veces mal concebido control que
intenta cortar de fondo toda iniciativa de los que son el futuro de la
humanidad, pues habremos de recordar que el instinto y el deseo nato de investigar
con que nacemos todos en la mayoría de las veces es coartado por los programas
acartonados de educación y sobre todo por parte de los educadores que lo que
menos quieren es que en sus aulas existan libres pensadores o inquisidores de
lo que ya tienen preparado como material didáctico o del llamado programa de
clase, por cierto hecho en serie y que cualquier cuestionamiento fuera de lo
por ellos contextualizado representa estudio e investigación extra con la
consiguiente extensión del horario laboral, alegando que no se les paga ese
extra o que no se les paga lo debido en cuanto a su responsabilidad –lo que es
un tema muy controversial pues en realidad así es, ya que no es concebible que
funcionarios de gobierno, integrantes del sector legislativo y de otros
organismos del sector público ganan muy por encima de los profesionales que
preparan y forman individuos, lo que representa una alta responsabilidad moral
y social-. En fin, algunos de estos mentores haciendo de lado la ética y el
profesionalismo no están preparados para atender y fomentar el libre
pensamiento que da lugar al interés por la investigación, disciplina que tanto
necesita un país para construir nuevas estructuras que permitan el desarrollo y
mejoren el bienestar social, sumamente necesario en países como México, de los
llamados tercermundistas, en vías de desarrollo o subdesarrollados –aunque
autoridades lo nieguen preparando informes macroeconómicos donde se indica que
estamos bien en relación a otros países, que tenemos reservas y otros factores
a nivel macro que sirven de base para asegurarlo; mientras que el bolsillo de
cada ciudadano, que es el verdadero indicador del bienestar, o sea el nivel
microeconómico es el que nos lleva a la realidad cuando no tenemos para pagar
los conceptos básicos y las deudas se ciernen para agobiarnos, aunando a esto a
los intereses que estas generan, quitando la posibilidad del ahorro que toda
sociedad requiere para no ser tercermundista-. En este entorno se hace todavía
más necesario el promover la investigación para tener nuestras propias
tecnologías y estrategias de crecimiento que redundarían en beneficio económico
y social; y aunque crudo, es necesario decirlo, la falta de ética la
encontramos en muchos de los llamados profesionistas que se suponen la deben
haber adquirido con la culminación de sus estudios profesionales, que en todas
las disciplinas se incluye como parte del plan de estudios y se trata de
inculcar. Bien podemos asegurar que esta dolencia se resiente más en la
educación y en la salud, profesión esta última donde prácticamente olvidaron el
Juramento Hipocrático y ahora las especialidades son verdaderas minas de metal
dorado, olvidándose de lo que es la necesidad humana por un lucro exacerbado,
haciendo énfasis en que, si, todavía hay todavía algunos médicos y docentes que
ostentan con orgullo su profesionalismo brindándose de forma excepcional, que
aunque busquen su bienestar personal que es totalmente válido también ven por
los más necesitados, esos que no tienen para pagar servicios médicos o escuelas
particulares y que por desgracia abundan en países como el nuestro, habría que
hacer una lista de esos que saben ser profesionales con ética, que para el caso
los hay con título o sin él, con el fin de que la población se los reconozca,
dijera el dicho “en vida hermano…”.
Ah, y por
si acaso existieran “ovejas” que se brinquen las trancas –como varios casos de
investigadores e inventores que se han presentado en la actualidad con grandes
cualidades e intelecto-, ya están listos los “pastores” extranjeros para
llevárselas a sus corrales pues en México no existen programas o estrategias
especiales para conservarlos y apoyarlos económicamente en materia científica y
tecnológica, salvo en aquellos pocos casos en que pudiera haber intereses muy
definidos; además, es generalmente sabido que también se presenta esta
situación y con mayor frecuencia en lo deportivo en donde hemos dado verdaderos
campanazos, ya sea en lo boxístico como en otras disciplinas. Pues bien,
regresando con nuestro “estudihambre”, he aquí que el dolor que causa el verse
separado constantemente de los seres queridos sin participar de las alegrías
que brindan su compañía y cercanía, de esos problemas familiares que se
solucionan rápido cuando el sentimiento es más fuerte que el propio malestar o
enojo, e incluso los propios amigos de su niñez y porque no la chica o chico
que pudo haber provocado ese sentimiento especial que la mayoría, si no todos
esperamos en la vida. Todo esto le evocó sus mejores recuerdos y formó una
visión mejor de lo que actualmente tenía; según sus ilusiones y gracias al
respaldo y ayuda de sus familias o de programas de apoyo ya sea de carácter
estatal o federal, incluso de algunas instituciones y organismos privados que
en verdad representan claras oportunidades para quienes desean realmente
superarse y prepararse, recordando la frase que reza así: “…el que quiere
puede”; entendió que podría lograr un futuro sin limitaciones ni carencias,
como todo joven debe pensar pues el deseo de crecer y buscar mejorar debe ser
su mayor ambición, muchas de las veces basado en la esperanza de la culminación
de estudios profesionales o técnicos y porque no decirlo, en algunas otras
actividades que no requieren de esos estudios pero que las personas lo hacen de
manera dedicada y comprometida, es decir profesional, en el entendido de que
con una vida de entrega y responsabilidad también procuran la hermosa dignidad
que cada uno ostenta para enfrentar los retos de una vida que exige lo máximo
de cada quien, aunque algunos dijeran, a veces eso no alcanza; podrán tener
razón en ello, pero el intento y esfuerzo se tiene que hacer para no lamentarse
por no haberlo hecho, pues como dicen “…él hubiera no existe”. Y si, tienen
razón ansiosos lectores, con nuestro joven se les escapó su primera víctima,
pues como cuando sale el sol todo lo ilumina, así se sintió nuestro joven
extasiado y comprendió que los sacrificios siempre tienen su recompensa cuando
no torcemos ni forzamos circunstancias que nos pueden hacer mal, es decir,
cuando hay ética y responsabilidad, sin importar el que algunos que han tenido
éxito lo hayan logrado sin ellas, eso queda en sus mentes y en su profundo yo,
que es lo que realmente tiene valor para cuando nos toque partir ya que nadie
puede ser tan crítico con uno que uno mismo, y pues hemos de irnos como
llegamos: sin nada, lo importante es “…mantener la frente en alto…” y podernos
parar donde sea sin tener algo de que ocultarnos ante los demás, dijera el
viejo: “prefiero la tranquilidad de mi vida que el engaño de otras vidas…” .
¡Chispas, ya lo creía nuestro, dijo doña
Tristezina, se nos escurrió como la arena
entre las manos, y sin hacer ruido; pero
no nos desanimemos querido compañero y hermano, la jornada es larga y la pesca
promete ser buena, de aquí no nos vamos hasta lograr nuestro cometido, que sientan
lo que nosotros queremos pues somos superiores a ellos, tenemos el poder de
convencer y de vencer jeje!, los hemos de ver sometidos y en algún momento
deberán sentir la tristeza y el dolor, ya después conocerán a nuestra pariente
Angustiasina que está deseosa de ayudarnos y deleitarse con ese sentimiento de
pérdida que ella hace sentir y que en verdad les hace mucho daño a los seres
humanos, los aniquila totalmente después de haber sentido nuestra espesa
presencia; si, el dolor y el esperado abandono a la suerte que les hemos
preparado los tomará por sorpresa, y por supuesto que ahí estaremos hermano,
estamos hechos para triunfar, este mundo no tiene remedio y mucho menos sus
habitantes, yo los conozco, tarde que temprano serán nuestros, no te agüites,
si no fue en este caso con este muchacho mal agradecido que no supo lo apreciar
lo que le estábamos ofreciendo, será con otros pues como ya te dije, tenemos
muchas armas para convencerlos y vencerlos, ya verás Dolorino.
Espero que así sea Tristezina, contestó
don Dolorino todo consternado y preocupado pues no le gusta perder, continuó: nuestro padre el gran don Infelicio nos
regañaría si se entera de que hemos fallado y que se nos fue alguien que podría
haber sido fácil, eso me preocupa Tristezina, de donde sacó fuerza para
olvidarse de nosotros, voy a tener que analizar que nos salió mal, eso te lo
aseguro para que no vuelva a pasar, uf, no lo soporto, es más no se me hace
justo.
Chispas y
recontra chispas como dijera doña Tristezina, jeje. Ahora realmente comprendo
que si están molestos, eso me agrada, voy a continuar observándolos para
enterarme qué planes tienen y comentárselos a Ustedes amables lectores para que
estén preparados y conozcan las artimañas que usan para engatusarnos y
llevarnos a sus dominios, esos lugares fríos e inhóspitos que son sus
madrigueras, las que les aseguro que no es nada agradable visitar y mucho menos
el quedarse ahí permanentemente, pongan atención y no permitan que los
conquisten con sus a veces tentadores pero falsos ofrecimientos de buenas
sensaciones.
Figuras:
Fuente: https://es.pinterest.com/pin/257549672419964366/
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