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miércoles, 16 de noviembre de 2016

El Turistero y… sus cuentos.
El cuento deUrcelay

Doña Tristezina y don Dolorino
Dos sombríos personajes al acecho


                                                        
  Parte 1/2
Agazapados entre las sombras acechaban el paso de sus posibles víctimas, a decir de ellos gente fácil de atrapar, gente con poca capacidad para luchar, gente sin esperanza, todo de acuerdo a los tiempos que ahora vivimos, un mundo que cada día está más falto de valores y de buenas costumbres, en el que se está demostrado cada vez con mayor fuerza, una ausencia de caridad humana, falta de interés por lo que le pase al prójimo y por supuesto la desmedida ambición por lo material sin importar el daño que se pueda hacer a otros en su consecución. En efecto, mucho no tuvieron que esperar, pues como en cualquier ciudad con bastante población, de las llamadas metrópolis por sus dimensiones y características de contar con todo tipo de servicios, y que por ello aglutinan una diversidad –que es lo más hermoso del ser humano en cuanto a lo que vale en relación a una identidad propia e irrepetible y que nos hace únicos- enorme en cuanto a características y formas de pensar de las personas ya sea por su forma de actuar, reaccionar y porque no, también por su forma de decidir, que es en lo que radica principalmente dicha diversidad; es decir, en términos más coloquiales, que por ahí de todo tipo de personas pasaban: Estudiantes sin ilusiones, que según su pensamiento afrontaban un mundo carente de oportunidades en el cual no habría forma de triunfar, que para ellos todo era metódico y estaban destinados al fracaso; amas de casa insatisfechas, ya sea por, según ellas, no haber logrado éxitos propios y estar arrinconadas en sus quehaceres domésticos, o el tener que trabajar y conseguir el complemento, o en ocasiones la totalidad del sustento y al final de la jornada laboral atender sus hogares sin un verdadero descanso; profesionistas fracasados por tantos años de estudio, a veces con experiencias laborales demostradas y que no habían conseguido el anhelado éxito que los catapultara a otro nivel de vida con mayores satisfacciones materiales; empresarios derrotados por las condiciones de los mercados nacionales o internacionales que dentro del concepto de globalización no perdonan razas ni condiciones para eliminar a la competencia; y mucho más, por supuesto el tipo de gente que a ellos les interesaban, pues también en ese camino se podían observar pasar a personas de éxito, contentas, satisfechas y con ilusiones, que por supuesto y para sus fines aviesos a ellos no les interesaban, ni siquiera les dedicaban la más mínima atención pues no entraban en sus planes de conquista. Entusiasmados y después de discriminar a unos y a otros, con esa percepción que solo proporciona la experiencia los acechadores entre ellos mismos se preguntaban qué hacer con tanto trabajo que se les presentaba, el lujo de escoger se podían dar y ganarles a sus parientes (doña Envidiolina y don Egoistolo; don Perversino y doña Malandria;  Vengalinia y Revanchilia; papá Odiolino y su hijo Rencorino y las tías doña Angustiasina y doña Desesperina) y demostrarle a su padre don Infelicio que su presencia era más fuerte que la de ellos; si, era su oportunidad ni duda cabía de ello, era el momento de aprovecharse de la debilidad y condición de aquellos escogidos que reunían aspectos con tendencias a sus intereses para hacerse presentes, para ahí estacionarse permanentemente y echar raíces en la persona con la consecuente debacle del individuo al que hubieren conquistado con falsos argumentos de un bienestar disfrazado de buenas intenciones que por supuesto tienen bien estudiado y que saben les da resultado, porque aunque no nos guste, debemos reconocer que nuestros personajes tienen la razón, ya que todos a veces creemos escuchar “el canto de las sirenas” y somos susceptibles de someternos a su encanto, considerando que lo que hacemos es lo mejor y que nadie puede decirnos algo al respecto pues nosotros somos lo máximo, y pues esa condición de supremacía mal concebida significa el abandono de la persona social, que nunca será benéfico, aunque algunos lo crean y enuncien con bombo y platillo que nadie les manda que hacer, para al final no hacer algo productivo en sus vidas tratando de demostrar que tienen el control de algo que no tiene razón de ser: La improductividad. El que argumenta o no está de acuerdo con ello, quiere decir que a él ya lo visitaron nuestros aguerridos personajes y que lo tienen prisionero en su propio castillo, como dijera el dicho “lamiéndose las heridas…”.


El Estudiante

Con toda la emoción a flor de piel que da el emprender una aventura donde esperas tener el control y sientes la seguridad del éxito, y aún más, sin ponerse de acuerdo previamente, ambos notaron a un joven con peinado que no se peina, su mochila llena de parches de diversos grupos musicales y muchas leyendas en inglés y una que otra en español, tal y como le agrada a nuestros jóvenes que prefieren el idioma de “Shakespeare” forzados por la inmensa presión de la mercadotecnia, tanto de empresas franquiciadas como de transnacionales, a sabiendas de que el inglés, aunque sea el idioma que domina a nivel mundial, es un idioma pobre que agrupa varios conceptos con una sola expresión, a excepción del español que cada concepto tiene múltiples expresiones que lo enriquecen y permiten una mejor expresión; jóvenes sumamente influenciados por estas características y por una mercadotecnia exacerbada,  más fuerte que la propia voluntad, pero no solo de ellos que aún les falta por caminar en la vida y aprender, sino también que la de muchos de los llamados adultos que sin saber pronunciar el idioma de “Shakespeare” “mascamos” palabras y frases en inglés, denostando la riqueza del idioma propio que tiene la fortaleza de la diversidad y capacidad que se sobrepone y supera con creces a un pobre acervo como el del idioma inglés. Pues bien, haciendo gala de su gran experiencia con jóvenes, detectaron la mirada perdida del joven que ya fuere por su situación escolar o por algún problema personal les indicaba que podría ser su primer “cliente”. Se miraron y sin mediar palabra se pusieron de acuerdo pues convinieron que sería rápido el orillarlo a mantener un perfil de persona no grata, hosco y malhumorado constante, que reflejara ante cualquiera que lo buscara o hiciera contacto con él su decepción y pensamientos negativos, tratando de contagiarlos, como sucede cuando alguien se levanta de mal humor y quiere agredir a todos, es decir llevarlos a su nivel de agresividad como una forma de manifestar su inconformidad por sus problemas personales que debieran afectarlo solamente en ese pequeño ámbito que es el entorno íntimo y momentáneo, sin tratar de extenderlo a quien se atraviese o “rumiarlo” constantemente presentando las mismas consecuencias pues el trato y la relación con los demás es continua al convivir en una sociedad, lo que convierte cualquier problema o situación adversa en algo de mayor magnitud y que la mayoría de las veces se nos va de las manos, pudiéndonos ver involucrados en situaciones incontrolables que nos lastiman más y que convierten en un círculo vicioso nuestro mal talante haciendo caso omiso del precioso dicho que reza: “Puedes ser el sol que ilumina la oscuridad de los demás…”; ah, que gusto y satisfacción para cualquiera de nosotros poder presumir de ser ese sol precisamente, el que cambie mal por bien, dejar de ser negativos para convertirnos en positivos naturales, lo que muchos autores y conferencistas pregonan y han demostrado; que el éxito y bienestar tiene su raíz en nosotros mismos, que debemos conservar el aura que nos ayude a superar nuestras circunstancias adversas en algo propositivo para con ello convertirnos en esa luz que nos ilumine e irradie a los demás, convirtiendo fases negativas en círculos positivos, que indiquen que somos lo que queremos ser y que para creerlo es necesario comprobarlo, empezando el día con pensamientos positivos que me ayuden a conquistar la meta de esa jornada; evitando lo que expresan los supersticiosos al decir me levanté con la pierna izquierda; algo que por mi propia voluntad puedo convertir en haberme levantado con la derecha; o que sí, amaneció nublado, tenga la fortaleza de ver la luz que habita en todos y sentirse capaz de irradiar esa misma luz hacia los demás teniendo la capacidad de sentir la vida como el don que recibí y por el cual estoy aquí, haciendo de lado y alejando todo aquello que me haga sentir mal; aunque se dan situaciones artificiales y negativas que hacen que nos parezca que todo es bonito, como lo pueden provocar las drogas con un burdo alejamiento de la realidad, la violencia con el abuso que provoca y lastima a los demás; y la delincuencia con el aprovechamiento ilegal que daña a la estructura social, situaciones que cuando “capturan” a alguien es para hacerlos sentir especiales o más fuertes que los demás; debiéndonos recordar que no hay nadie más fuerte que aquel que es sano de mente y cuerpo, y que soporta más que otros las malas condiciones. Sí, que hermoso ser libre de todo ello, no tener ataduras que me lastimen ni de las cuales depender para obtener una felicidad pasajera que siempre termina en manos de doña Tristezina y de don Dolorino, invariablemente, lo aseguro yo don Severino caballero de buen andar.
Mal empezaron a escoger; el estudiante al sentir la influencia de la tristeza por la lejanía de sus parientes pues su hogar estaba en otra ciudad, por cierto bastante lejana, y no tanto porque el estudiar en otra universidad fuese más barato o accesible, sino por la intención natural de ciertos jóvenes que desean ser si no autónomos si independientes en alguna medida, esos que son inquietos y les gusta volar desde muy temprano y deciden alejarse de la influencia directa de los paterfamilias, sobre todo del a veces mal concebido control que intenta cortar de fondo toda iniciativa de los que son el futuro de la humanidad, pues habremos de recordar que el instinto y el deseo nato de investigar con que nacemos todos en la mayoría de las veces es coartado por los programas acartonados de educación y sobre todo por parte de los educadores que lo que menos quieren es que en sus aulas existan libres pensadores o inquisidores de lo que ya tienen preparado como material didáctico o del llamado programa de clase, por cierto hecho en serie y que cualquier cuestionamiento fuera de lo por ellos contextualizado representa estudio e investigación extra con la consiguiente extensión del horario laboral, alegando que no se les paga ese extra o que no se les paga lo debido en cuanto a su responsabilidad –lo que es un tema muy controversial pues en realidad así es, ya que no es concebible que funcionarios de gobierno, integrantes del sector legislativo y de otros organismos del sector público ganan muy por encima de los profesionales que preparan y forman individuos, lo que representa una alta responsabilidad moral y social-. En fin, algunos de estos mentores haciendo de lado la ética y el profesionalismo no están preparados para atender y fomentar el libre pensamiento que da lugar al interés por la investigación, disciplina que tanto necesita un país para construir nuevas estructuras que permitan el desarrollo y mejoren el bienestar social, sumamente necesario en países como México, de los llamados tercermundistas, en vías de desarrollo o subdesarrollados –aunque autoridades lo nieguen preparando informes macroeconómicos donde se indica que estamos bien en relación a otros países, que tenemos reservas y otros factores a nivel macro que sirven de base para asegurarlo; mientras que el bolsillo de cada ciudadano, que es el verdadero indicador del bienestar, o sea el nivel microeconómico es el que nos lleva a la realidad cuando no tenemos para pagar los conceptos básicos y las deudas se ciernen para agobiarnos, aunando a esto a los intereses que estas generan, quitando la posibilidad del ahorro que toda sociedad requiere para no ser tercermundista-. En este entorno se hace todavía más necesario el promover la investigación para tener nuestras propias tecnologías y estrategias de crecimiento que redundarían en beneficio económico y social; y aunque crudo, es necesario decirlo, la falta de ética la encontramos en muchos de los llamados profesionistas que se suponen la deben haber adquirido con la culminación de sus estudios profesionales, que en todas las disciplinas se incluye como parte del plan de estudios y se trata de inculcar. Bien podemos asegurar que esta dolencia se resiente más en la educación y en la salud, profesión esta última donde prácticamente olvidaron el Juramento Hipocrático y ahora las especialidades son verdaderas minas de metal dorado, olvidándose de lo que es la necesidad humana por un lucro exacerbado, haciendo énfasis en que, si, todavía hay todavía algunos médicos y docentes que ostentan con orgullo su profesionalismo brindándose de forma excepcional, que aunque busquen su bienestar personal que es totalmente válido también ven por los más necesitados, esos que no tienen para pagar servicios médicos o escuelas particulares y que por desgracia abundan en países como el nuestro, habría que hacer una lista de esos que saben ser profesionales con ética, que para el caso los hay con título o sin él, con el fin de que la población se los reconozca, dijera el dicho “en vida hermano…”.
Ah, y por si acaso existieran “ovejas” que se brinquen las trancas –como varios casos de investigadores e inventores que se han presentado en la actualidad con grandes cualidades e intelecto-, ya están listos los “pastores” extranjeros para llevárselas a sus corrales pues en México no existen programas o estrategias especiales para conservarlos y apoyarlos económicamente en materia científica y tecnológica, salvo en aquellos pocos casos en que pudiera haber intereses muy definidos; además, es generalmente sabido que también se presenta esta situación y con mayor frecuencia en lo deportivo en donde hemos dado verdaderos campanazos, ya sea en lo boxístico como en otras disciplinas. Pues bien, regresando con nuestro “estudihambre”, he aquí que el dolor que causa el verse separado constantemente de los seres queridos sin participar de las alegrías que brindan su compañía y cercanía, de esos problemas familiares que se solucionan rápido cuando el sentimiento es más fuerte que el propio malestar o enojo, e incluso los propios amigos de su niñez y porque no la chica o chico que pudo haber provocado ese sentimiento especial que la mayoría, si no todos esperamos en la vida. Todo esto le evocó sus mejores recuerdos y formó una visión mejor de lo que actualmente tenía; según sus ilusiones y gracias al respaldo y ayuda de sus familias o de programas de apoyo ya sea de carácter estatal o federal, incluso de algunas instituciones y organismos privados que en verdad representan claras oportunidades para quienes desean realmente superarse y prepararse, recordando la frase que reza así: “…el que quiere puede”; entendió que podría lograr un futuro sin limitaciones ni carencias, como todo joven debe pensar pues el deseo de crecer y buscar mejorar debe ser su mayor ambición, muchas de las veces basado en la esperanza de la culminación de estudios profesionales o técnicos y porque no decirlo, en algunas otras actividades que no requieren de esos estudios pero que las personas lo hacen de manera dedicada y comprometida, es decir profesional, en el entendido de que con una vida de entrega y responsabilidad también procuran la hermosa dignidad que cada uno ostenta para enfrentar los retos de una vida que exige lo máximo de cada quien, aunque algunos dijeran, a veces eso no alcanza; podrán tener razón en ello, pero el intento y esfuerzo se tiene que hacer para no lamentarse por no haberlo hecho, pues como dicen “…él hubiera no existe”. Y si, tienen razón ansiosos lectores, con nuestro joven se les escapó su primera víctima, pues como cuando sale el sol todo lo ilumina, así se sintió nuestro joven extasiado y comprendió que los sacrificios siempre tienen su recompensa cuando no torcemos ni forzamos circunstancias que nos pueden hacer mal, es decir, cuando hay ética y responsabilidad, sin importar el que algunos que han tenido éxito lo hayan logrado sin ellas, eso queda en sus mentes y en su profundo yo, que es lo que realmente tiene valor para cuando nos toque partir ya que nadie puede ser tan crítico con uno que uno mismo, y pues hemos de irnos como llegamos: sin nada, lo importante es “…mantener la frente en alto…” y podernos parar donde sea sin tener algo de que ocultarnos ante los demás, dijera el viejo: “prefiero la tranquilidad de mi vida que el engaño de otras vidas…” .
¡Chispas, ya lo creía nuestro, dijo doña Tristezina, se nos escurrió como la arena entre las manos,  y sin hacer ruido; pero no nos desanimemos querido compañero y hermano, la jornada es larga y la pesca promete ser buena, de aquí no nos vamos hasta lograr nuestro cometido, que sientan lo que nosotros queremos pues somos superiores a ellos, tenemos el poder de convencer y de vencer jeje!, los hemos de ver sometidos y en algún momento deberán sentir la tristeza y el dolor, ya después conocerán a nuestra pariente Angustiasina que está deseosa de ayudarnos y deleitarse con ese sentimiento de pérdida que ella hace sentir y que en verdad les hace mucho daño a los seres humanos, los aniquila totalmente después de haber sentido nuestra espesa presencia; si, el dolor y el esperado abandono a la suerte que les hemos preparado los tomará por sorpresa, y por supuesto que ahí estaremos hermano, estamos hechos para triunfar, este mundo no tiene remedio y mucho menos sus habitantes, yo los conozco, tarde que temprano serán nuestros, no te agüites, si no fue en este caso con este muchacho mal agradecido que no supo lo apreciar lo que le estábamos ofreciendo, será con otros pues como ya te dije, tenemos muchas armas para convencerlos y vencerlos, ya verás Dolorino.
Espero que así sea Tristezina, contestó don Dolorino todo consternado y preocupado pues no le gusta perder, continuó: nuestro padre el gran don Infelicio nos regañaría si se entera de que hemos fallado y que se nos fue alguien que podría haber sido fácil, eso me preocupa Tristezina, de donde sacó fuerza para olvidarse de nosotros, voy a tener que analizar que nos salió mal, eso te lo aseguro para que no vuelva a pasar, uf, no lo soporto, es más no se me hace justo.
Chispas y recontra chispas como dijera doña Tristezina, jeje. Ahora realmente comprendo que si están molestos, eso me agrada, voy a continuar observándolos para enterarme qué planes tienen y comentárselos a Ustedes amables lectores para que estén preparados y conozcan las artimañas que usan para engatusarnos y llevarnos a sus dominios, esos lugares fríos e inhóspitos que son sus madrigueras, las que les aseguro que no es nada agradable visitar y mucho menos el quedarse ahí permanentemente, pongan atención y no permitan que los conquisten con sus a veces tentadores pero falsos ofrecimientos de buenas sensaciones.
Figuras:
Fuente: https://es.pinterest.com/pin/257549672419964366/



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