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lunes, 11 de diciembre de 2017

TURISMOFOBIA… ¿?


Buen día para ellos y para Ellas, el título parece película de terror, ¿verdad? Pues resulta que el turismo también puede ocasionar serios problemas en aquellos destinos que se han convertido en sitios frecuentes, y sea por los fines de semana o por periodos de vacaciones, en México encontramos algunos de este tipo, como son Cuernavaca, Morelos a la que abarrotan los visitantes tanto de la Cd de México como de otros lugares aledaños, buscando el excelente clima que priva durante casi todo el año, a pesar de los grandes problemas que se están viviendo por la inseguridad; otro de estos lugares que se ve afectado lo es Puebla de los Ángeles, Puebla, que también por su cercanía a la Capital de República es receptora en fines de semana, puentes y vacaciones de grandes cantidades de turistas; este fenómeno se aprecia en varios estados de la Federación y Sonora no es la excepción, en San Carlos Nuevo Guaymas podemos apreciar esta situación que fastidia a los residentes permanentes del puerto; en fin, podemos decir que nunca estamos conformes. A este fenómeno se le ha denominado TURISMOFOBIA, que a decir del Índice de Irritación de Doxey (Irridex) es cuando un destino presenta cinco etapas de acuerdo a lo siguiente:
1. Euforia.- Los visitantes son bienvenidos, hay oportunidades para la población local, y los flujos de dinero nuevo – pero hay poco de planificación.
2. Apatía.-Los visitantes se dan por sentados y  se convierten en objetivos de lucro. El contacto se hace más formal.
3. Molestias.-Saturación se aborda, con mucha gente visitando el destino para que siga siendo divertido – especialmente en la temporada alta. Esto hace que los residentes locales a comenzar a tener dudas sobre el turismo. Planificadores de tratar de resolver este problema mediante el aumento de la infraestructura en lugar de limitar el crecimiento.
4. Antagonismo.-Abrir la irritación (incluyendo a veces fuertes niveles de aversión), pero la planificación es de recuperación. La promoción es mayor para compensar el deterioro de la reputación de destino. Los turistas se están (y probablemente sienten) engañados, sin embargo, también están siendo culpados por aumento de la delincuencia y los impuestos, y para todo tipo de problemas cotidianos.
5. Aceptación.-El lugar ha cambiado de forma permanente. El cambio es ahora aceptado por los residentes. Se han olvidado de lo que el área era antes de los primeros turistas llegaron.
En conclusión, Doxey indica que esto no tiene ninguna base científica y merece el valor que se le quiera dar.
Pues bien, resulta que los holandeses ya tomaron cartas en el asunto y están buscando la forma de revertir los efectos de este fenómeno social que pareciera cosa de niños, pero que a los residentes les puede causar verdadera “irritación”, ya sea por lo abarrotado de sus calles, el sobre uso de servicios de todo tipo, falta de alimentos y las molestias naturales que causamos cuando somos parte del turismo tales como: problemas de tránsito, roces personales con la población; exceso de desperdicios y sobre todo, la prepotencia de algunos visitantes que consideran que su dinero es lo más importante y se puede decir que se sienten con la libertad de hacer y deshacer a su antojo; he aquí lo que han considerado en Ámsterdam, el país donde más libertades sociales se permiten:

Ámsterdam busca ideas para combatir exceso de turismo
Por MIKE CORDER, Associated Press Updated 9:14 am, Monday, December 11, 2017
En esta foto del 11 de mayo del 2016, la frase "Váyanse" está pintada en un mapa de rutas para bicicletas en Amsterdam. La ciudad, como otras en Europa, está siendo abrumada por un exceso de turistas que están agotando la paciencia de los residentes. (AP Foto/Peter Dejong)

AMSTERDAM (AP) — Un grupo de ciclistas se ven obligados a apretar los frenos cuando un hombre con una maleta con ruedas se detiene abruptamente en medio de una transitada carrilera para bicicletas en Ámsterdam para recoger una bolsa que dejó caer.
"Si esperamos un poco más, probablemente empezará a cepillarse los dientes”, dijo uno de los ciclistas, evidentemente exasperado.
Es una escena emblemática del problema de exceso de turismo que está atestando las calles de ciudades como Ámsterdam, Roma, Barcelona y Venecia.
La capital holandesa, con sus célebres canales, estrechas callejuelas y una red de callejones en su zona roja, está tomando medidas para combatir el problema, tratando de mantener la ciudad atractiva para residentes y turistas por igual. Pero algunos dicen que no es suficiente.
Las estadías de una noche en hoteles aquí subieron de poco más de 8 millones en el 2006 a 14 millones en el 2016. El número de visitantes a la Casa de Anna Frank ha fijado récords en siete años consecutivos, y llegó a casi 1,3 millones el año pasado.
Todos los fines de semana, el centro de la ciudad es abrumado por visitantes extranjeros en bares de mala muerte y clubes de desnudistas. Los turistas se paran a mirar a las prostitutas en la zona roja y llenan cafés donde se vende marihuana.
El concejal Udo Kock tiene un mensaje para los juerguistas: “Si la única razón por la que vienen a Ámsterdam es para emborracharse, endrogarse, miren, nosotros no podemos hacer nada para impedirlo, pero no los queremos aquí”.
No es solamente los jóvenes visitantes que llegan a bordo de vuelos baratos y se quedan en hoteles de bajo costo. Añádale a ello las muchedumbres de viajeros de un día en los cruceros que atracan cerca y los huéspedes de Airbnb que arrastran ruidosamente sus maletas por las calles adoquinadas de la ciudad, y tiene una mezcla que exaspera a los locales.
Con atracciones como el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum y la Casa de Anne Frank, Ámsterdam tiene numerosos lugares de interés más allá de la zona roja. El turismo inyecta dinero a la economía y crea empleos, pero el impacto de millones de visitantes en una ciudad de 850.000 habitantes es alto.
"Daña el carácter de la ciudad”, dijo Kock. “Hay barrios en los que simplemente puedes ver que la gente que solía vivir allí no quiere vivir allí más”.
Ámsterdam está tratando de regular los problemas, pero Kock reconoce que no hay solución mágica. “Es un problema tan complicado que tienes que usar todas las políticas que puedas, grandes y pequeñas. Y tratar de ser imaginativo”.
Entre las medidas en consideración está suspender la construcción de nuevos hoteles, mover la terminal de cruceros lejos del centro de la ciudad, prohibir tiendas sólo para turistas en las partes viejas y prohibir las “bicicletas cerveceras”, largos bares movidos a pedal.


Como buen vecino del mundo, pondremos a remojar nuestra barba… ¿qué opinas?

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